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Imagen por cortesía de © Lionsgate | GEM Entertainment

#CriticadeMiedo

Rogue

Bodrio abiertamente híbrido: la fórmula de amenaza de un animal devorador de hombres, más la maneras militaristas del cine de acción de comandos especiales, todo a partir de un guión ramplonamente televisivo pensado exclusivamente como un vehículo para Megan Fox y con aspiraciones de denuncia ecológica, que nunca va más allá de ser otro imitador de Tiburón (1975) con garras.

Título original: Rogue (UK/RSA/USA, 2018) Color, 105 mins.
Director: M.J. Bassett
Reparto: Megan Fox, Philip Winchester, Greg Kriek, Jessica Sutton

✰✰✰✰ Rogue (2020) on IMDb


Megan Fox no estrenaba una película como protagonista desde el batacazo en la taquilla de Ninja Turtles: Fuera de las sombras (2016) . Este híbrido de cine de acción y terror ha supuesto su regreso a la gran pantalla, después de varios intentos que pasaron sin pena ni gloria. A medio camino entre Los demonios de la noche (1996) de Stephen Hopkins y Lágrimas del sol (2003) de Antoine Fuqua, esta historia gira en torno a un grupo de soldados mercenarios contratados para rescatar a la hija de un gobernador africano, que tienen que vérselas con una leona devoradora de hombres cuando buscan refugio en un campamento de cazadores furtivos abandonado, huyendo del ejército de milicianos que los persiguen.

Dirigida por la realizadora británica M.J. Bassett, a quien los aficionados al género conocen de sobra por la interesante Cacería (2006) o Silent Hill: Revelación 3D (2012) , Rogue es una película de acción terrorífica con fuertes influencias del cine de acción de los 90, con sus personajes militares estereotipados rebosantes de testosterona y una protagonista femenina de personalidad fuerte y frases ocurrentes, y cuya historia no termina de desarrollarse como debiera, quedando meramente esbozada cuando pedía a gritos que se dibujase con pinceladas mucho más atrevidas. Y aunque resulta interesante en la parte donde se producen los primeros ataques de la leona, cargados del suspense correcto, no llega a generar un terror real. Bassett trata por todos los medios de conferir un carácter malvado a la leona, sin conseguirlo. Y cuando la trama vuelve a dar un giro elíptico hacia la acción militar en la última mitad, las cosas además se tornan tontas muy rápidamente. Así que la película se queda en una especie de embrollo, en el que la relevancia de la leona nunca queda clara.

Lo cual es una verdadera lástima, porque Bassett filma una película que a priori funciona hasta cierto punto, donde los ataques del félido asesino son asuntos sangrientos, anabolizados con horribles gruñidos y gritos espeluznantes y una buena cantidad de sangre, pero terriblemente mal resueltos en el apartado de la digitalización, y los efectos CGI de la leona son de muy baja calidad y parecen extraídos directamente de un videojuego de simulación de cacería. Además, la acción, tanto la terrorífica como la militarizada, se reparte entre escenas notablemente similares y repetitivas: se muestra a una víctima haciendo algo sin interés, la leona se abalanza y la cámara empieza a agitarse y a girar frenéticamente. O aparece un secuestrador armado hasta los dientes y Megan Fox lo abate sin despeinarse.

M.J. Bassett, además, introduce un mensaje denuncia bienintencionado que desgraciadamente no queda reflejado en absoluto en lo que el espectador puede observar en pantalla. Principalmente porque el comportamiento de la leona dista mucho del propio de su especie y Bassett tampoco hace demasiado por mostrarnos, más allá de un prólogo ridículo, eso que pretende denunciar: la explotación de los animales de la sabana africana con fines lucrativos. A pesar de las nobles intenciones de la directora, Rogue se queda corta en casi todos los niveles, sumida en una sucesión de tópicos narrativos, de chascarrillos bravucones de medio pelo, y una mala elección de actores en general, con la excepción de una intensa Jessica Sutton y del cumplidor Philip Winchester. Por su parte, Megan Fox se esfuerza en su papel de estólida mercenaria, aunque no termina de conferirle demasiada personalidad, mientras que el resto del reparto parece ser sacrificado para darle tiempo de pantalla a la otrora estrella y alimentar el número de cadáveres despedazados.

Rogue debería haber sido una mezcla de los filmes de Stephen Hopkins y de Antoine Fuqua elevada con un interesante mensaje ecologista, o eso pretendía Bassett. En cambio, acaba siendo otra imitación de Tiburón (1975) con garras, demasiado ligera y demasiado posturera. M.J. Bassett ha demostrado que sabe hacerlo mejor, así que tocará esperar a ver qué hará en la próxima película que, curiosamente, también está rodada en la sabana africana y también estará protagonizada por Philip Winchester.




terrorbit
terrorbit
Escritor y amante de cine de terror. Superfan de las películas de zombies, cuantos más zombies, mejor. Desde mis ojos, cuatro décadas viendo cine de terror os contemplan.