Errementari: El herrero y el diablo

Errementari es una película de terror y fantasía española dirigida por Paul Urkijo Alijo, tremendamente arraigada en el folclore y los cuentos populares del País Vasco y que recibió un buen puñado de críticas favorables. Su partitura fue compuesta por Pascal Gaigne, un reputado compositor francés galardonado en 2018 con el Goya a la Mejor Música Original por Handia (ESP, 2017).

Errementari es una composición decididamente más compleja de lo que muchos podrían esperar, con una temática tan definida de la película la banda sonora parecía prometer una grandiosa partitura gótica con numerosas melodías folclóricas, en cambio Gaigne le confiere un enfoque fascinante y lleno de sorpresas. La partitura es predominantemente orquestal con el uso ocasional de melodías electrónicas, generalmente para ofrecer efectos de sonido especialmente pensados para las partes más espeluznantes. Pero, son las cuerdas el instrumento predominante en Errementari, con varios pasajes de solos de violonchelo particularmente memorables para representar al diablo protagonista. Hay también mucha presencia de instrumentos de percusión, instrumentos de viento de madera, flautas y voces, estas últimas alternando entre el coro de adultos en latín, tan habitual en las producciones terroríficas, y encantadores solos de soprano.

Temáticamente hablando, Errementari ofrece una gran variedad de temas memorables, posiblemente las más reconocibles sean «Alde Emendic», con un destacable motivo repetitivo de dos notas que recuerda mucho al Ennio Morricone de La Cosa (USA, 1982) que reaparece a menudo a lo largo del álbum, y «Errementari», un golpe coral al final del álbum que cumple a la perfección con esa promesa de música cargada de tonos góticos y fantásticos que todos esperábamos. El tono folclórico lo pone sin duda «Krediyuak», la pista que cierra el álbum con dulces sonidos de flauta entremezclados con voces etéreas que se diluyen en la conclusión.

Finalizando, los apasionados de las bandas sonoras muy orquestadas está de enhorabuena con Errementari pues Gaigne dota a la partitura de una amplia variedad de colores instrumentales, de tonalidad oscura pero fascinante. Aunque habría que resaltar que desafortunadamente la parte troncal baja un poco la calidad con respecto a los maravillosos temas de apertura y cierre. Pero, en definitiva, el trabajo de Pascal Gaigne es más recomendable que otra cosa.

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