Título original: The Head Hunter (USA, 2018) Color, 72 mins.
Director: Jordan Downey
Reparto: Christopher Rygh, Cora Kaufman
Interesante fusión de cine de acción y terror, de extremado bajo presupuesto y tan solo estrenada en el circuito de festivales del género, que narra la historia de un solitario y duro guerrero vikingo que se dedica a dar caza a una monstruosa criatura responsable de la muerte de su hija. Lo más curioso de todo es que lo verdaderamente destacable de esta producción, tan lastrada por la ausencia casi total de presupuesto que solo cuenta en su reparto con un par de actores, es su apartado técnico. Donde el estilizado trabajo de fotografía y los excepcionales efectos de sonido despuntan por méritos propios. Con apenas un par de largometrajes en su currículo, el cinematógrafo Kevin Stewart sitúa la acción primorosamente en un entorno de oscuros recovecos, apenas iluminados por la luz de las velas o de la luna, y de inmensos paisajes naturales que automáticamente transportan al espectador a un tiempo y lugar de un realismo espeluznante y aumentan la sensación de aislamiento y soledad en la que vive el personaje principal. Y, por otro lado, tenemos el ejemplar trabajo de sonido, dirigido por Eric Wegener, donde la amenaza de las criaturas resulta apenas intuida por siniestros crujidos y aullidos fuera de pantalla, que confieren a la película un toque realmente inquietante y sobrecogedor.
Desgraciadamente, el resto del conjunto no está a la altura. La escasez de diálogos y la ausencia de personajes hacen que la acción sea monótona, repetitiva, y que buena parte del metraje se dedique a vagar sin rumbo hasta casi desperdiciar su maravilloso envoltorio y llegar a un enfrentamiento final, donde la falta de medios se nota más que nunca, que deja al espectador indiferente, si no decepcionado. La película se cierra con un inesperado final sorpresa, cuyo nihilismo levanta un poco el conjunto, pero no termina de salvarlo del desencanto general.