Título original: Overlord (USA, 2018) Color, 98 mins.
Director: Julius Avery
Reparto: Jovan Adepo, Wyatt Russell, Mathilde Ollivier, Iain De Caestecker
Película de terror que mezcla el cine bélico de la Segunda Guerra Mundial y elementos del subgénero de zombis nazis sobre un grupo de paracaidistas que se lanzan detrás de las líneas enemigas en el Día-D para destruir una torre de comunicaciones nazi oculta en una vieja iglesia que no es todo lo que parece.
Dirigida por Julius Avery, Overlord no tiene mucho donde sacar pecho en el departamento de la originalidad, dado que los espectadores se conocen de memoria los entresijos del subgénero de experimentos nazis, donde toda la acción suele girar en torno al típico grupo de soldados aliados enfrentados a zombies, hombres lobo, vampiros o cualquier monstruo utilizado por los nazis para crear una raza de súper soldados. ¿Les suena de algo? Pues exactamente esto es lo que ofrece Overlord. Sin trampas, ni engaños. La mayor parte del tiempo, lo que sucede en pantalla, pertenece más a una película bélica que a una de terror. Sus primeros treinta minutos, por ejemplo, son un maravilloso homenaje al Salvar al soldado Ryan (1988) de Spielberg, mostrando la locura de la guerra a través de una secuencia de una fuerza visual y auditiva que te deja sin aliento y en la que los protagonistas luchan frenéticamente por sus vidas en el interior de un avión incendiado, segundos antes de lanzarse al vacío sacudidos por el fuego y las explosiones de la artillería antiaérea. Es al cabo del tiempo y de establecer la personalidad de los protagonistas y su rol en la trama, cuando la parte más fantástica y terrorífica de la trama coge las riendas y el gore y los efectos especiales se apoderan de todo con sorprendente facilidad.
Overlord cuenta con una excelente producción técnica, auspiciada por Bad Robot, la productora de J. J. Abrams, y eso se nota en la combinación de efectos prácticos y CGI que funciona especialmente bien y en un guión efectista, que tiene muchas reminiscencias de videojuegos como Wolfenstein (Activision Blizzard, 2009) o la serie de cómics Über (Avatar Press, 2013) , donde una serie de experimentos nazis dan lugar a una raza de meta soldados más crueles y más sangrientos de lo habitual. Aquel espectador que disfrutó de ambos, probablemente disfrute y mucho esta película. Sin embargo, resulta una pena que el guión tienda a ser un poco vago y algo confuso, en tanto que no se ofrece ninguna explicación clara sobre en qué consisten los experimentos y cuál es su finalidad. Es por ello que nos encontramos a lo largo del metraje con muertos resucitados, con la intención de crear una raza superior o conseguir la inmortalidad, como posibles explicaciones. Y todo resulta un tanto inextricable. Por otro lado, tenemos que no todas las interpretaciones tienen la misma consistencia y, por ejemplo, Mathilde Ollivier, no consigue mostrar la supuesta fuerza de la heroína, ni John Magaro resulta convincente en su papel de soldado resabiado y odioso.
En definitiva, la película de Julius Avery es una suerte de divertida montaña rusa para los fanáticos del horror, con sus homenajes al terror biológico o Body Horror de David Cronenberg, al Herbert West de Stuart Gordon y a las viejas películas de científico loco nazi como The Frozen Dead (1966), que cuenta con un rico estilo visual y una atmósfera adecuadamente siniestra, pero cuyo resultado final podría y debería haber sido mucho más satisfactorio.