Título original: Dark Sense (UK, 2019) Color, 93 mins.
Director: Magnus Wake
Reparto: Shane O’Meara, Jim Sturgeon, Maggie Bain, James Robinson
Thriller de terror de producción angloescocesa sobre un joven dotado de un extraordinario poder paranormal que sigue las huellas de un implacable asesino en serie que acecha las calles de Edimburgo. No siendo la escocesa, una cinematografía conocida por su extensa producción terrorífica, esta película de bajo presupuesto, financiada casi en su totalidad por la modalidad de la microfinanciación y que tardó casi seis años en completarse, es una especie de rara avis.
Basada en una novela publicada en Amazon de Peter Flannery, Dark Sense tiene una premisa en un principio atractiva, que eventualmente se ve sobrepasada por un ritmo cansino y la simpleza de una historia estereotipada que hemos visto cientos de veces. La idea de una persona con habilidades paranormales que se convierte en testigo involuntario de los crímenes cometidos por un asesino psicópata es tan antigua como cabía esperar y trae a la memoria imágenes de películas como Los ojos de Laura Mars (1978) de Irvin Kershner y con guión de John Carpenter, o incluso de La furia (1978) de Brian de Palma, que también mezclaba elementos del cine de espías con el terror. Es cierto, sin embargo, que a priori sobre el papel parece tener todos los números para ser una lectura entretenida, si se permite el juego de palabras. Pero a la hora de trasladarla a la pantalla, la falta del correcto desarrollo de algunos personajes, como el asesino en serie que resulta más paródico que terrorífico o los agentes del MI5 a quienes les sucede algo parecido, hace que esta película no sea tan interesante de ver tanto como de leer. El hecho también de estar rodada con una fotografía simplona, sin ningún sentido de la composición o de la creación de una atmósfera adecuada, o de una banda sonora estridente en ciertos momentos, tampoco ayuda en absoluto.
Tradicionalmente, la idea más extendida sobre las producciones de bajo presupuesto es que funcionan mejor con historias sencillas, porque permiten utilizar los medios concentrados en una sola dirección. Esta premisa también es aplicable en el caso de Dark Sense, dado que justo cuando la historia se complica y la acción se desplaza a terrenos del cine de acción y espías, es cuando el espectador comienza a perder todo el interés en lo que está viendo. Y es que pareciera que el director Magnus Wake estuviese más preocupado por adaptar la historia al ritmo y el tono de una película de acción, que se olvida por completo en hacer que funcione también la parte más sobrenatural y terrorífica. Si tan solo hubiese concentrado sus esfuerzos en fortalecer, por ejemplo, el personaje del asesino, ahondando en el ritual de los asesinatos o en sus motivaciones, Dark Sense podría haber resultado sin lugar a dudas una mejor película.