Título original: Itsy Bitsy (USA, 2019) Color, 94 mins.
Director: Micah Gallo
Reparto: Bruce Davison, Elizabeth Roberts, Denise Crosby, Arman Darbo
Típica película de terror sobre animales asesinos, en la que una araña gigantesca, contenida en el interior de la ancestral reliquia de una tribu pagana, aterroriza a una madre y sus dos hijos; quienes, impulsados por los problemas emocionales de la madre, han tenido que mudarse a una casa en el campo donde trabaja como enfermera de un anciano anticuario. Con esta premisa un tanto genérica, el director y productor de efectos especiales Micah Gallo presenta su ópera prima con resultados irregulares.
La aracnofobia o miedo irracional a las arañas es, sin duda, uno de los miedos más comunes, y tal afirmación se hace extensible a la infinidad de películas de terror inspiradas en criaturas arácnidas que pululan por el universo cinematográfico. Tantas como tan pocas se recuerdan que sean realmente terroríficas. Y es que, desde que se estrenase Aracnofobia (1990) , allá por los 90, bajo el auspicio (no podía ser de otra manera) de Steven Spielberg, no se ha vuelto a rodar una película de arañas medianamente mencionable. Itsy Bitsy, desgraciadamente, no es una excepción.
Micah Gallo ciertamente apunta maneras dentro del género terrorífico. La película abre con un inquietante prólogo que presenta los orígenes mitológicos de la monstruosa criatura, recreada en su mayoría con efectos mecánicos en vez de digitales, para luego desarrollar el lado más dramático de los problemas familiares de los personajes principales. Es precisamente en esta parte donde Gallo comienza a mostrar su lado menos acertado, en tanto que ninguno de los personajes consigue destacar por encima del estereotipo: desde el hosco anticuario hasta la indefensa hija pequeña y sus edulcoradas alitas de ángel. A pesar de que Micah Gallo se toma su tiempo en desarrollarlos y en mostrar en pantalla el objeto del deseo de este tipo de películas: la criatura.
Quizás sea por la desensibilización sistemática que sufre la audiencia frente a tantas películas de arañas asesinas, o quizás porque cuando aparece la gigantesca araña en pantalla, Micah Gallo nunca consigue construir un nivel aceptable de tensión, el caso es que Itsy Bitsy fracasa estrepitosamente a la hora de inducir el terror que se le supone a la fobia más extendida en el mundo. Y los espectadores terminan experimentando un regusto agridulce y teniendo la sensación de que, aunque no hayan visto una mala película de animales asesinos, tampoco ha sido especialmente nada realmente memorable.