Zombieland: Mata y remata

El compositor David Sardy vuelve a colaborar con el realizador Ruben Fleischer para componer la banda sonora de la secuela de Zombieland. Una comedia terrorífica, que Fleischer estrenó en 2009 y que ahora vuelve a revisitar con esta secuela, cuyo mayor aliciente es presentar unos zombies más rápidos, más fuertes y más listos que los de hace una década.

David Sardy es un compositor de pasado muy rockero, y ya desde los títulos de crédito donde la canción «Master of Puppets» de Metallica atruena mientras el cuarteto protagonista se dedica a fulminar a un buen puñado de zombies, se aprecia el motivo por el cual Fleischer ha vuelto a confiar en él para la composición de esta banda sonora.

Durante la mayor de la película es cierto que la partitura de Sardy permanece en segundo plano, como si no tuviese que mantener el tono de la película y dicho trabajo fuese otorgado a la abundante selección de canciones pop y rock que inundan el metraje. Sin embargo, las cuerdas acústicas de Sardy hacen un buen trabajo conectando cada momento y confiriéndole a la película ese tono general de western que buscaba Fleischer. Dicho esto, no hay mucho más a donde agarrarse. Con tanta canción sonando a todo volumen, se hace difícil poder distinguir los acordes de la partitura de Sary y para ser honestos, cuando se escucha por separado, tampoco es que ofrezca mucho para juzgar. Siendo «The Great Zombie Jump» el tema que más nos gusta, una composición con voces muy divertidas que cambia de tono a la mitad para acelerar el ritmo introduciendo a la orquesta y terminando con unas simples notas de piano y un leve toque de viento que recuerda al western.

Y poco más, la verdad. En definitiva, toda una decepción.

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