Título original: Gisaengchung (KOR, 2019) Color, 132 mins.
Director: Bong Joon-Ho
Reparto: Kang-ho Song, Sun-kyun Lee, Yeo-jeong Jo, Woo-sik Choi
La última película del coreano Bong Joon Ho, director entre otras de The Host (2006) y Memories of Murder (Crónica de un asesino en serie) (2003) es una sátira en formato de thriller terrorífico y que narra una siniestra fábula familiar sobre la diferencia de clases y los oscuros compromisos no escritos que mantienen a una sociedad como la surcoreana basada en el tradicionalismo y el colectivismo social donde el éxito económico y profesional determina el lugar de un individuo en la sociedad.
Parásitos no es desde luego una película de terror convencional; de hecho, habrá muchos críticos y espectadores que piensen que no es una película del género. Es cierto que, como en gran parte de sus trabajos, Bong introduce bastantes más elementos de comedia de denuncia social, el propio Bong define a su película como una “tragicomedia familiar”, que de thriller, pero una vez que el suspense entra en escena, resulta cuanto menos escalofriante.
De ritmo lento en su comienzo, Parásitos tarda en establecer la tensión en su historia y es partir de la sección intermedia cuando acelera el ritmo a lomos de una magistral escena, coreografiada con una precisión cinética digna de un artesano, donde el sueño de éxito social de la familia de parásitos se rompe y la película cambia completamente de atmósfera, gracias fundamentalmente a la banda sonora de Jung Jaei-il, que abandona el tono clásico vivaldiano y se llena de elementos sobrecogedores. Alcanzando su punto álgido, antes de desembocar en la caótica orgía del último cuarto, donde Bong no escatima en crudeza para dejar a los espectadores con un nudo en la boca del estómago.
Pero sean cualesquiera que sean sus connotaciones de película de terror, lo que resulta innegable en Parásitos es que sus monstruos son innegablemente humanos. pero lo mejor de Parásitos viene, sin duda, cuando los verdaderos parásitos salen de debajo de la tarima del suelo y, tratándose esta de una película de Bong Joon-ho, la sangre eventualmente comienza a manar a borbotones.