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#MusicadeMiedo
Servant
Compositor: Trevor Gureckis
Discográfica: Lakeshore Records ©2019
Duración: 47 canciones, 73 mins.
Imagen por cortesía de © Lakeshore Records
El regreso de M. Night Shyamalan a la pantalla chica es una serie de terror psicológico distribuida por Apple TV+ y que lleva por título Servant. La sobrecogedora historia de una pareja de luto por la muerte de su recién nacido que mantienen a duras penas su matrimonio hasta que abren sin querer la puerta de su hogar a una amenaza mucho más siniestra.
Servant cuenta con una inquietante banda sonora firmada por el compositor Trevor Gureckis, un músico poco conocido en el mundo de la composición de bandas sonoras, aunque ha publicado tres en 2019, incluyendo la de Bloodline (2018) una película de terror psicológico dirigida por Henry Jacobson, que se ha desarrollado bajo la sombra de compositores como Philip Glass.
La historia de The Servant es muy íntima y se desarrolla en su totalidad en el interior de la casa del matrimonio, motivo por el cual Gureckis crea una partitura con un concepto instrumental reducido, que se va expandiendo y ganando en complejidad textural a medida que avanza la trama. Por ello se decide por usar instrumentos pequeños como xilófonos y clarinetes a los que arranca extraños sonidos para recrear la opresiva e intrigante atmósfera que tiene la serie en forma de una composición disonante e incómoda pero tremendamente efectiva para los recovecos de la historia. Por ejemplo, para resaltar la parte religiosa y oscura del personaje de la introvertida niñera, Gureckis utiliza el xilófono y copas de cristal, a las que va golpeando suavemente y una sencilla composición de piano para componer una letanía muy litúrgica que resulta especialmente inquietante en «Cross».
El último tema del albúm, «The Servant» es sin duda el más completo en cuanto a texturas y complejidad. Básicamente, se trata de una cacofonía de sonidos estremecedores, difíciles de clasificar, entre los que se distingue un juego de cuerdas y piano, así como numerosos toques electrónicos que se funden de tal forma que su variedad para casi inadvertida, pero componen una serie de acordes sobrecogedores y macabros que no se olvidan fácilmente.
