Título original: The Witches (USA/MEX/UK, 2020) Color, 106 mins.
Director: Robert Zemeckis
Reparto: Anne Hathaway, Octavia Spencer, Stanley Tucci, Chris Rock
Robert Zemeckis, es un director de relumbrón que tiene escasos acercamientos al género del horror, pero convertidos en clásicos instantáneos por el público. Lo que la verdad esconde (2000) , una maravillosa historia de fantasmas protagonizada por Harrison Ford y Michelle Pfeiffer, y una mezcla de comedia negra y mad doctors, La muerte os sienta tan bien (1992) , cuya hábil mezcla de géneros sirve como base para esta nueva adaptación de uno de los relatos infantiles más populares de Roald Dahl, Las brujas (Salvat Editores, 1987) , donde el escritor británico narra la historia de un niño que pasa una temporada con su abuela, una experta cazadora de brujas, en un decadente hotel de la costa de Inglaterra donde se celebra una reunión anual de brujas.
Fieles al texto, Robert Zemeckis, junto a Guillermo del Toro y Kenya Barris, adaptan la misma historia con brío y buenas dosis de humor negro, pero ciertamente alejada del público infantil, donde los cánones del cine de horror se sienten muy presentes, sobre todo en la parte de la reunión de la brujas, la más sólida y consistente de toda la película, y donde la ambientación se traslada a la Alabama en los años 50, para dar cabida a un innecesario discurso contra la segregación racial y el clasismo. Reforzado por la presencia de una actriz afroamericana en el papel de la abuela, la maravillosa Olivia Spencer, que sirve como contrapunto al plato fuerte del film de Zemeckis: la interpretación de Anne Hathaway.
Las brujas de Roald Dahl es una entretenida adaptación, que trata de alejarse de la versión de Roeg, lo cual es de agradecer, donde la cuidada ambientación regala una hermosa paleta de colores arcillosos y el ritmo acelerado da paso a un tono de cuento infantil para adultos, de estética camp. Y donde lo más destacable son sus sólidas interpretaciones, encabezadas por una exuberante y aterradora Anne Hathaway quien, ayudada por los efectos especiales y por una vis cómica inesperada, mantiene la película en alto hasta el desafortunado y discordante desenlace, donde todo lo construido por Zemeckis se desmorona como un castillo de naipes.
En definitiva, una comedia terrorífica, algo edulcorada en algunos momentos pero decididamente pesadillesca, que llegaba con la etiqueta de cine infantil pero sorprende por el tratamiento más adulto de la gran mayoría de sus situaciones, y donde todo se mueve dentro de una simpleza adecuada para el tono despreocupado planteado por Robert Zemeckis, que quizás deje insatisfechos a aquellos espectadores que se acercaron a esta película con la intención de ver un oscuro cuento gótico, pero que al resto le hará pasar un rato entretenido sin más. Conviene destacar también la competente partitura de Alan Silvestri, que ayuda con eficacia a elevar el tono más espectacular de la película.