Título original: Wrong Turn: The Foundation (GER/USA/UK, 2021) Color, 109 mins.
Director: Mike P. Nelson
Reparto: Charlotte Vega, Adain Bradley, Bill Sage, Emma Dumont
Reformulación de Km. 666 (2003) , un film considerado en ciertos ámbitos como un clásico del cine de horror, sobre un grupo de urbanitas que se equivocan de desvío en la carretera y acaban siendo acosados en los bosques de la Virginia Occidental por un clan de caníbales asesinos. Y que ahora es convenientemente aderezado para los paladares hipsters de las nuevas generaciones y trasladado específicamente al imponente escenario geográfico del Sendero de los Apalaches, donde se oculta una comunidad de caníbales que se llama a sí misma La Fundación.
Dirigida por Mike P. Nelson, un realizador casi desconocido más allá de un par de films de horror mediocres como The Domestics (2018) o Summer School (2006) , Wrong Turn resulta una película de serie B fallida, cuyo mayor defecto reside en su sonrojante guion que conjuga de manera mediocre dos temas que, de haber sido mejor desarrollados, muy bien podrían haber originado sendas películas. Pero que en manos del guionista Alan B. McElroy, uno carece de la menor originalidad: un improbable grupo de universitarios haciendo senderismo en los Montes Apalaches atacados por caníbales enmascarados; y el otro no hay por dónde cogerlo: una comunidad aislada en el bosque, que se oculta allí desde el siglo XIX para protegerse de la disolución de la sociedad norteamericana, y que se alimenta de senderistas y paisanos, sin que nada ni nadie se lo impida desde entonces.
Mike P. Nelson rueda Wrong Turn sin ingenio alguno y sin más ánimo que explotar las escenas sangrientas que plagan el metraje. Uno de los aciertos de la película original consistía en exponer al grupo protagonista a la situación de riesgo de manera involuntaria, casi aleatoria, especificada en el título. Pero, en esta ocasión los protagonistas son un grupo incoherente, exagerado, que ostenta una estereotipada diversidad sexual y que parece absolutamente fuera de lugar haciendo senderismo en los Montes Apalaches. Para colmo, como buenos clichés del típico slasher norteamericano, desoyen las advertencias, se salen del camino y esto es lo que los pone en peligro. Lo de siempre.
A partir de este momento, la trama se vuelve inadmisible bajo cualquier punto de vista y sin ningún rigor argumental. En primer lugar, porque esa comunidad escondida en el bosque, que vampiriza el concepto de El bosque (2004) de M. Night Shyamalan, resulta mucho más inverosímil que el clan de caníbales originales. En segundo lugar, porque Alan B. McElroy introduce una tercera línea narrativa con el padre de una de las desaparecidas y una elipsis temporal para narrar el destino de todos. Todo ello excepcionalmente inconexo.
Por motivos obvios, Wrong Turn no es un remake o una re-imaginación, ni tampoco una secuela, es una historia semejante a la película original pero con una intencionalidad supuestamente diferente. Desde el debut de la saga en 2003 ya hemos tenido hasta cuatro secuelas y un reboot, y todas ellas han sido absolutamente innecesarias. Esta de Mike P. Nelson no es una excepción y aunque los fanáticos incondicionales de la sangre y tripas, que los hay y muchos, puedan sentirse de alguna manera satisfechos, fuera del diseño de personajes de los miembros de La Fundación, que se visten con camuflaje de cazador y máscaras hechas con huesos de animales muertos, no tiene ni un solo momento genuino de horror despiadado desesperanzador que caracterizó a la original. Así que para el resto se trata, sin duda, de una oportunidad desperdiciada.