Título original: The Conjuring: The Devil Made Me Do It (USA/UK, 2021) Color, 112 mins.
Director: Michael Chaves
Reparto: Patrick Wilson, Vera Farmiga, Ruairi O’Connor, Sarah Catherine Hook
La supuesta conclusión de la trilogía que dio lugar al Universo Warren, que cuenta una vez más con la presencia de Vera Farmiga y Patrick Wilson encarando a un avezado matrimonio de investigadores paranormales que en esta ocasión tendrán que vérselas con un caso de posesión infantil, que no resulta tan evidente como parece, y deriva en el primer caso judicial norteamericano en el que se argumentó una posesión demoníaca como causa de enajenación mental.
Dirigida en esta ocasión por Michael Chaves, quien ya se encargara de La Llorona (2019)
crítica
, otra película enmarcada dentro del Universo creado por James Wan, Expediente Warren: Obligado por el demonio se acerca más al cine de suspense convencional y propone un, sobre el papel, atractivo cóctel de subgéneros, donde toma relevancia la investigación realizada en torno a las causas originales de la supuesta posesión, en detrimento del catálogo de sustos habitual de sus antecesoras.
A pesar de un arranque inquietante, Chaves se muestra incapaz de impulsar una saga que comienza a mostrar síntomas de agotamiento, por encima del convencionalismo más anodino. Principalmente porque se olvida de esos elementos tan característicos que convirtieron a las dos primeras entregas en los referentes de hasta tres ramificaciones o spin-offs, del puro terror Wan, de ese uso eficaz de los sobresaltos, de esa atmósfera asfixiante y sobrenatural que se cierne sobre una familia indefensa ante las fuerzas del mal, de esa conexión entre Wilson y Farmiga, que aquí se muestran un poco holgazanes en sus interpretaciones y de obligado carácter machista por el lado masculino, como mandan los cánones políticamente correctos contemporáneos.
El acercamiento de Michael Chaves es más clásico que el James Wan y en su entrega de la trilogía abundan las referencias a otras películas del género como El Exorcista (1973) o Poltergeist (Fenómenos extraños) (1980) , los ardides del thriller y el drama judicial noventeros, alejado del estilo autoconsciente y cuidado a nivel formal de Wan. El estilo de Chaves, como ya demostró en la olvidable La Llorona, no tiene ni un gramo de talento o imaginación, por el contrario resulta previsible y rutinario; sin embargo, en esta ocasión se nota la mano oculta de su mentor en algunos momentos claves de la película. El esfuerzo por seguir, de alguna manera, las coordenadas del cine de Wan, que consigue inundar algunos pasajes del característico clasicismo de la saga, gracias sobre todo a la inestimable ayuda del director de fotografía Michael Burgess.
Es más que probable que muchos espectadores piensen que Expediente Warren: Obligado por el demonio es más una explotación de la ‟fórmula Wanˮ que una entrega satisfactoria de la saga; pero hay que reconocer que, pese a que solo consigue alcanzar el nivel impuesto por sus predecesoras en ocasiones puntuales y adolece de algunos altibajos de ritmo, funciona en la misma tónica que las anteriores, y resulta una película de terror sobrenatural más que digna y un film obligado para los seguidores del Warrenverso.