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El exorcista del Papa
El exorcista del Papa (Banda Sonora Original)
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Imagen por cortesía de © Screen Gems | Sony Pictures España

#CriticadeMiedo

El exorcista del Papa

Rancio refrito de clichés de otras tantas películas de exorcismos, basado en las andanzas del Padre Amorth, un fallecido exorcista católico de la vida real, que se convierte en una mezcolanza de subtramas y contextos religiosos absurdamente rebuscada y pretenciosa. Hasta el punto de querer introducir, paralelamente a la sobada posesión infantil, elementos de conspiraciones vaticanas al más puro estilo Dan Brown.

Título original: The Pope’s Exorcist (USA/UK/ESP, 2023) Color, 103 mins.
Director: Julius Avery
Reparto: Russell Crowe, Daniel Zovatto, Alex Essoe, Franco Nero

★★✰✰ The Pope's Exorcist (2023) on IMDb


El subgénero de terror religioso enfocado a exorcismos y posesiones demoníacas debe su existencia al éxito de películas como El exorcista de William Friedkin que ayudó a popularizar el subgénero y a establecer algunos de sus temas y tropos característicos. Aferrándose a esta hoja de ruta, que ya ha dado lugar a incontables imitaciones y la gran mayoría de ellas indignas de mención, el realizador de origen australiano Julius Avery, a quien su mayor reconocimiento le llegó tras el estreno de Overlord (2018) crítica, ofrece una nueva vuelta de tuerca a un subgénero extremadamente sobado y prácticamente agotado. Una película con un tratamiento comercial a lo grande, estrenada en nuestro país en fechas de Semana Santa y protagonizada por Russell Crowe, en su primera aparición en una película de terror.

Aparentemente inspirada en la figura del Padre Grabiele Amorth, un fallecido sacerdote católico especializado en exorcismos y en escribir sus propias memorias al respecto, la trama de El exorcista del Papa gira en torno al caso de un niño poseído (Peter DeSouza-Feighoney) que vive en un antiguo monasterio castellano, junto a su madre (Alex Essoe) y su hermana adolescente (Laurel Marsden). Enviado por el Papa, un sacerdote especializado en exorcismos (Russell Crowe) acude al lugar para determinar la posesión, con la ayuda de un joven e inexperto sacerdote local, pero inesperadamente desenterrará un secreto que el Vaticano ha mantenido oculto durante siglos.

Protagonizada por un insólito Russell Crowe, cuyo acento italiano resulta tan involuntariamente ridículo como ese viaje en scooter de Roma a Castilla al ritmo de Faith No More, El exorcista del Papa es una amalgama de clichés de otras producciones del subgénero de exorcismos, donde no faltan los lugares comunes con poseídos contorsionándose con los ojos en blanco, los gritos profanos en lenguas desconocidas, las levitaciones o los crucifijos que se giran. A pesar de esto, tales elementos no necesariamente tienen que ser negativos, ya que otras películas como El exorcismo de Emily Rose (2005) de Scott Derrickson lograron utilizar esta fórmula con éxito.

El problema es que Julius Avery parece carecer de confianza en el potencial aterrador de su relato. Y, en lugar de permitir que la historia tome forma, la entorpece creando una película sin ideas propias, ni escenarios originales. Es cierto, que entre tanto fuego de artificio parece querer asomar un mensaje social sobre la expiación de los pecados y la necesidad del mal como justificación de la propia existencia de la Iglesia. Pero, nunca se profundiza demasiado en ello. Su estructura narrativa se asemeja más a la de una película de acción y fantasía que a la de una cinta de terror. La trama nunca se toma demasiado en serio a sí misma y se enfoca más en las aventuras del personaje principal que en las situaciones propias de una película de terror.

El Padre Amorth de Russell Crowe resulta un refrito de todos los arquetipos del aventurero detectivesco de las viejas historias pulp de la primera mitad del siglo XX o las más modernas andanzas del profesor de historia Robert Langdon, creado por el escritor estadounidense Dan Brown. El actor australiano se convierte en el epicentro de toda la película y su interpretación se encuentra siempre haciendo equilibrios entre la broma tosca (es un sacerdote mal hablado e irreverente que se pasea en motocicleta como una estrella de Tiktok) y la apología de ese tipo de personajes.

Desde un punto de vista cinematográfico, El exorcista del Papa no ofrece nada novedoso, aunque en este sentido cumple su función de manera efectiva. Tanto su dirección, como el diseño de producción están a la altura del presupuesto y la iconografía de la película se enfoca más en el género de terror que en el de aventuras conspirativas, lo cual es un punto a favor. Además, sus escenas gore resultan muy gratificantes para aquellos aficionados al espectáculo de los efectos especiales prácticos. Lástima que su elaborado clímax, casi caricaturesco en el baño de sangre que ofrece, llegue demasiado tarde como para generar algún tipo de impacto entre la audiencia.




terrorbit
terrorbit
Escritor y amante de cine de terror. Superfan de las películas de zombies, cuantos más zombies, mejor. Desde mis ojos, cuatro décadas viendo cine de terror os contemplan.