#CriticadeMiedo

Saw X

La décima entrega de la saga Saw, ideada por James Wan y Leigh Whannell hace dos décadas, retoma los elementos fundamentales que la convirtieron en la serie más longeva estrenada en Halloween y un gran éxito entre el público. Tras la decepción que supuso Spiral.Saw de Darren Lynn Bousman y el desacertado reboot Jigsaw, vuelve el terror de pornotortura, retorcido y sin complicaciones. Cabe destacar el regreso de Tobin Bell y Shawnee Smith, dos de las estrellas que han acompañado a la serie desde sus inicios.

Título original: Saw X (USA/MEX/CAN, 2023) Color, 118 mins.
Director: Kevin Greutert
Reparto: Tobin Bell, Shawnee Smith, Synnøve Macody Lund, Steven Brand

★★★✰✰

Cualquier ferviente seguidor de la saga “Saw”, reconoce que los macabros artilugios de tortura y la ronca voz de Tobin Bell pronunciando la icónica frase: “Quiero jugar un juego. Esto es lo que pasará si pierdes.” son las claves esenciales para comprender el éxito que ha acompañado a la franquicia a lo largo de dos décadas. Una franquicia que se inició con Saw , dirigida por James Wan en 2004, y que marcó un giro en el subgénero slasher al presentar la serie habitual de asesinatos sangrientos de ese tipo de películas, de manera más explícita y apelando al sadismo del público, destacando la representación del sufrimiento humano. Un giro que eventualmente se conoció como “pornotortura” o torture porn, término acuñado tras el estreno de Hostel (2005) de Eli Roth.

Con una línea argumental que la sitúa cronológicamente entre la primera y la segunda entrega, Saw X marca el décimo capítulo de la saga. Su objetivo principal es retomar los elementos fundamentales que convirtieron a la serie en la franquicia más duradera estrenada en Halloween, y una de las favoritas entre los aficionados al género del terror. Y para ello recurre a un viejo conocido: el realizador Kevin Greutert, quien anteriormente trabajó como editor en las tres primeras entregas de la saga y dirigió Saw VI (2009) y Saw VII 3D (2010) .

Si no estás familiarizado con la saga, es posible que no sepas que el sádico asesino en serie John Kramer, conocido como Jigsaw y reconocido por su fascinación por los elaborados dispositivos de tortura, se está muriendo de un tumor cerebral. Al borde de la muerte, se muestra dispuesto a hacer lo que sea necesario para prolongar su vida o tal vez encontrar una cura. En un intento desesperado, se somete a un tratamiento médico innovador y clandestino que lo lleva a México, sin sospechar que se trata de una estafa. Al descubrir el engaño perpetrado por una brillante doctora (Synnøve Macody Lund), Kramer (Tobin Bell) desata su venganza sobre los responsables, dejando patente su característico sentido retorcido de la justicia.

La brutalidad, la visceralidad y el tormento vuelven con fuerza en Saw X. Los escritores Peter Goldfinger y Josh Stolberg han confeccionado un guion que se sumerge de lleno en el terror característico del subgénero de “pornotortura”, sin complejidades, concebido con precisión milimétrica para impactar de la manera más desagradable posible en la audiencia. En este sentido, el regreso de Amanda Young, personaje recurrente de la saga interpretado por Shawnee Smith, con su reconocible y desagradable máscara de cerdo, es notable. Sin embargo, lo más destacable es el enfoque ampliado en el papel de Jigsaw. La presencia de Tobin Bell y su rostro cadavérico aporta un impulso dramático a la historia casi inexistente en entregas anteriores.

Dejando a un lado, la extrañeza que produce ver a Tobin y Shawnee interpretando papeles veinte años más jóvenes, sin recurrir a rejuvenecimientos digitales ineficaces, la ruptura de la línea temporal de la franquicia es una de las decisiones más acertadas de la película, al menos en su primera mitad. Las interacciones entre sus personajes principales resultan sumamente interesantes y presentan dinámicas que no habíamos presenciado antes, aunque pudiéramos haberlas intuido. En primer lugar, se percibe un esfuerzo por humanizar a Jigsaw, presentando una suerte de coartada demencial para sus crímenes, y se insinúa una peculiar dinámica de mentoría entre Kramer y Amanda. En segundo lugar, dado que estamos frente a un Jigsaw enfermo y de alguna manera vulnerable, lo vemos reflexionar, idear los característicos artilugios de tortura y ¡cometer errores en la ejecución de su maquiavélico plan!

Lamentablemente, con el inicio de los primeros asesinatos dramatizados, la película cae en la línea de las secuelas rutinarias y repetitivas, que iteran en las mismas fórmulas preestablecidas para no perder a los seguidores que se unieron tras la primera entrega. Que una entrega de la saga “Saw” siga las directrices de capítulos anteriores, con una sucesión de torturas cada vez más crueles y sangrientas, en un orden previsible para los aficionados, no es sorprendente. Lo importante es cuán retorcida y extremadamente explícita resulta la escena de tortura, decapitación o desmembramiento. En este sentido, se puede afirmar que Saw X funciona como un reloj suizo, incluso a pesar de que algunas de las muertes se sienten un poco repetitivas y, quizás, innecesarias. Por ejemplo, la secuencia inicial, que no guarda relación con la trama principal, y que se siente poco más que como un adelanto de las atrocidades que presenciaremos a lo largo de las dos horas de duración.

Además, como de entrada sabemos que todo se trata de una venganza personal de Jigsaw hacia aquellos que le engañaron, de alguna manera, se pierde el leitmotiv de la saga que giraba en torno a la redención implícita en las trampas. En Saw X, todos los involucrados son culpables, lo que elimina el dilema planteado a los espectadores sobre si deseaban o no que la víctima se salvara. En su lugar, todo se reduce a cuánto dolor físico puede generar el artefacto de tortura.

En síntesis, Saw X se posiciona indudablemente como una de las secuelas más violentas, brutales y elaboradas de la saga, aunque no exenta de defectos. Resulta ineludible que la película decae en su segunda mitad, y para el momento del clímax, que llega abruptamente, ha perdido gran parte de la atención de muchos espectadores. Al menos, si eres consciente de lo que vas a ver, te has divertido por el camino. Y lo mejor para los seguidores es que da pie a posibles futuras entregas.