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La primera profecía (2024)
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Imagen por cortesía de © 20th Century Studios | Twentieth Century Studios España

#CriticadeMiedo

La primera profecía

Elegante y eficiente precuela de uno de los clásicos del género más memorables, que combina con acierto el thriller de terror religioso, el body horror y el cine de explotación de monjas, con una dirección artística y una fotografía excepcionales. Lástima que, aparte de cambiar el foco hacia un punto de vista más femenino, no aporta nada nuevo a la saga y se limita a repetir conceptos viejos. Lo cual, en última instancia, hace que todo se sienta como ya visto.

Título original: The First Omen (USA/ITA/SRB, 2024) Color, 119 mins.
Director: Arkasha Stevenson
Reparto: Nell Tiger Free, Sonia Braga, Ralph Ineson, Bill Nighy

★★★✰✰ The First Omen (2024) on IMDb


Cuando a mediados de la década de los setenta y en pleno auge del terror religioso, el artesano Richard Donner estrenó La profecía (The Omen, 1976) , quedó algo opacado por el aún coleante éxito de El exorcista (The Exorcist, 1973) . Aun así, recibió una buena acogida por parte del público, aunque no así de la crítica, la cual la acusó de ser una pobre copia del film de Friedkin. Con el tiempo, sin embargo, se convirtió en un clásico del género, gracias a ciertos golpes de efecto memorables, como el suicidio de la niñera al grito de «Damien, lo hago por ti» y la decapitación del personaje interpretado por David Warner. Y, por supuesto, la excepcional partitura de Jerry Goldsmith, que le valió el único Oscar de su carrera.

El film de Richard Donner terminó dando lugar a una franquicia que incluyó una novelización escrita por el propio guionista David Seltzer, tres secuelas, cuya calidad fue en descenso, un remake en 2006 y una serie limitada de televisión de 2016, que se pensó como una secuela directa de la película de 1976 y contaba con la genial actriz Barbara Hershey como principal reclamo. Ahora, a esta franquicia se le suma La primera profecía, el debut en la gran pantalla de Arkasha Stevenson, una realizadora conocida entre los aficionados al género por dirigir la tercera temporada al completo de Channel Zero (Serie de TV, 2016–2018) y un episodio de la delirante Nuevo sabor a cereza (Brand New Cherry Flavor, Miniserie de TV, 2021) . Ambas series muy apreciadas por los fanáticos del terror catódico.

Argumentalmente, La primera profecía nos remite directamente al clásico de Richard Donner y al origen de Damien Thorne, un niño destinado a ser el Anticristo. Su trama se centra en Margaret (Nell Tiger Free), una joven novicia norteamericana que viaja a Roma para ser ordenada oficialmente como monja en un orfanato femenino. Siendo ella misma una huérfana, no pasa mucho tiempo antes de que su atención se centre en una de las alumnas del orfanato (Nicole Sorace). Una adolescente con problemas de conducta, que siempre está aislada del resto de las niñas, y a la que Margaret se empeña en ayudar desde el principio. Sin embargo, sus vidas darán un giro brusco, cuando Margaret es contactada por un sacerdote excomulgado (Ralph Ineson) que le revela la existencia de una siniestra conspiración dentro de la Iglesia.

Este es el punto de partida de un guion escrito por la propia Arkasha Stevenson, Tim Smith y Keith Thomas, que funciona como una precuela y combina el terror religioso, con abundantes dosis de body horror femenino y pinceladas de nunsploitation. Un subgénero que, en estos días, está resonando demasiado y no siempre para bien. Un guion que, por otro lado, parece haber asimilado los esquemas que hicieron que el original de Richard Donner se haya convertido en un clásico y los ha seguido como una hoja de ruta. Los guiños están ahí, Arkasha Stevenson no ha hecho ningún esfuerzo por esconderlos, orgullosa de vincularse al clásico y empeñada en revivir una franquicia que estaba prácticamente olvidada como tal. De hecho, muchos de los momentos icónicos ideados por Richard Donner se encuentran en la precuela. El acierto de la joven directora consiste en reimaginarlos con una vuelta de tuerca visual que los hace más creativos e impresionantes. Lástima que esto no aporte nada nuevo a la saga, limitándose a repetir los viejos conceptos. Lo cual, en última instancia, hace que todo se sienta como ya visto.

Con escenas que ponen los pelos de punta y un sólido discurso sobre la forma en que la Iglesia controla la representación de la mujer como madre, convirtiendo su cuerpo en objeto de reverencia y de vergüenza al mismo tiempo, La primera profecía es una película más que decente, con una dirección artística y una fotografía excepcionales. Repleta de imágenes perturbadoras que permanecen en la retina, como el cabello de Margaret dispuesto como el de la Medusa de Caravaggio o un ingenioso encuadre en el que que dos hileras de cirios encendidos aparecen distribuidos por el fotograma como los dientes de una bestia dispuesta a devorar a la protagonista. El talento innato de Arkasha Stevenson se nota en su manera de plasmar de manera casi pesadillesca los habituales rituales eclesiásticos, tengan que ver o no con la presencia de lo diabólico, cambiando además el foco hacia un punto de vista más femenino. En particular, impresiona una espeluznante secuencia de parto que le costó a la película obtener la calificación de «mayores de 16 años». Si a esto le sumas una interpretación, a veces sobrepasada en la intensidad, por parte de Nell Tiger Free, inolvidable desde su participación en la serie estelar de Apple TV, Servant (Serie de TV, 2019—2023) , la experiencia se convierte en algo sumamente recomendable, independientemente de si los espectadores han visto el resto de la saga.

Dicho esto, la película no está exenta de tropiezos. Comienza, por ejemplo, con un homenaje al clásico de 1976 que comete el error de desvelar el único gran misterio oculto en la trama, en un prólogo demasiado pretencioso. La primera mitad es lenta, con un guion demasiado esforzado en generar una intriga en torno a algo ya revelado en el prólogo, por lo que todo se siente un tanto alargado. La película tiene una segunda mitad más animada, pero Arkasha Stevenson, más centrada en el aspecto visual que en la consistencia narrativa, como si el guion fuese tan solo un vehículo para buscar el impacto en las imágenes, a menudo acaba sacrificando el ritmo en el proceso.

En resumidas cuentas, con el estreno de Immaculate (2024) crítica adelantándose dos semanas en Estados Unidos (aunque en España se estrenó un mes más tarde), La primera profecía no resulta tan demencial ni sangrienta como la película de Michael Mohan, pero es mucho más seria y equilibrada en su conjunto. Su mayor problema reside en que la audiencia siempre sabe hacia dónde se dirige la historia y cuál será la última escena, lo cual no le hace ningún bien. La conclusión sugiere que podría no ser la última entrega de la saga, pero lo cierto es que resultará mucho más interesante ver qué podrá hacer Arkasha Stevenson en su próximo proyecto.




terrorbit
terrorbit
Escritor y amante de cine de terror. Superfan de las películas de zombies, cuantos más zombies, mejor. Desde mis ojos, cuatro décadas viendo cine de terror os contemplan.