Título original: Doom: Annihilation. EEUU, 2019. Color 96 mins.
Director: Tony Giglio
Reparto: Amy Manson, Dominic Mafham, Luke Allen-Gale
Segunda adaptación cinematográfica del popular videojuego desarrollado por id Software a principios de los 90, donde un grupo de marines espaciales es enviado a una pequeña luna de Marte para proteger un proyecto de teletransportación que desgraciadamente se convierte en una puerta al Infierno. Producida por Universal 1440 Entertainment, esta producción directa al mercado del video bajo demanda es más una modernización inspirada directamente en el videojuego que una secuela de la adaptación de Andrzej Bartkowiak Doom (2005) .
Evidentemente, intentar trasladar a la gran pantalla la magia y las sensaciones que evoca un mítico videojuego de acción en primera persona no es cosa fácil y desgraciadamente esta versión dirigida y escrita por Tony Giglio, una especie de chico para todo de Universal 1440 Entertainment, conocido por películas como Timber Falls (2007) o los guiones de las secuelas de La Carrera de la Muerte (2008) , se trastabilla prácticamente en las mismas piedras en las que tropezó el film de Bartkowiak.
Una vez más, los espectadores son sometidos a la misma básica historia, sin apenas trasfondo, que sirve únicamente como antesala de una sucesión de escenas de acción mal rodadas y en su mayoría mal editadas que no hacen justicia a la acción frenética mata-demonios que caracteriza al videojuego. Para colmo, el desarrollo de personajes es tan inexistente que los estereotipados marines sirven de carnaza a las hordas de monstruos con pinta de zombie, sin que ningún espectador se sienta más o menos conmovido por ello. Decir que la escocesa Amy Manson, cuya interpretación de la estoica heroína consiste en no tener apenas expresión, es la más competente de un reparto donde no hay ni una sola actuación memorable, es quedarse corto.
Tony Giglio no es precisamente un cineasta que destaque especialmente por alguno de sus trabajos y la mayoría de su producción se engloba en esa masa anodina de productos televisivos y del mercado VOD cuyo objetivo parece ser rellenar parrilla más que presentar un producto de calidad. Doom: Aniquilación no se salva de esa distinción. Aunque, al menos, resulta medianamente entretenida en su acto final.