Título original: Leprechaun Returns (USA/CAN, 2018) Color, 92 mins.
Director: Steven Kostanski
Reparto: Taylor Spreitler, Pepi Sonuga, Mark Holton, Linden Porco
Innecesaria modernización de una saga de serie-B iniciada a mediados de los 90, ya de por sí algo casposa y poco interesante, sobre un malvado duende, cuyo origen se encuentra en el folclore irlandés, obsesionado con amasar monedas de oro a costa de asesinar a todo bicho viviente que se cruce en su camino, popular en su momento por contar entre su reparto con Jennifer Aniston, quien un año más tarde se haría extremadamente popular con la serie Friends (TV 1994–2004) .
En este caso, la historia es una continuación directa de la película de Mark Jones y cuenta la historia de la hija del personaje de Aniston, quien ingresa en una hermandad universitaria que quiere construir una casa ecológica y energéticamente autosuficiente, en la granja donde se encuentra atrapado el duende del título desde hace 25 años. Desgraciadamente para las estudiantes, el leprechaun encontrará la manera de liberarse de su prisión con la intención de recuperar su oro.
El director Steven Kostanski, con cierto renombre entre los aficionados por ser la otra mitad detrás de la epopeya de terror cósmico El vacío (2016) , es el encargado de dar nueva vida al duende asesino y lo hace recurriendo a los mismos artificios baratos que caracterizan a toda la saga: cubos de sangre, humor grueso y un buen montón de tópicos saqueados del subgénero slasher.
Para los aficionados de la saga Leprechaun , sin duda esta secuela resultará más que satisfactoria. Sobre todo, por las pinceladas de meta-horror que se perciben a lo largo del metraje (por ejemplo, en cierto momento, el leprechaun se pregunta frente a su reflejo cuándo se volvió tan guapo, en clara referencia al cambio de actor que interpreta al personaje). Pero, es evidente que tiene muy poco que ofrecer, desde los personajes confusamente esbozados y muy estereotipados, hasta la inapropiada misoginia de algunos chistes. Con todo, exceptuando la original, esta secuela es visual y estéticamente hablando, la más pulida de toda la saga del maléfico duendecillo verde.