Título original: Darlin’ (USA, 2019) Color, 100 mins.
Director: Pollyanna McIntosh
Reparto: Lauryn Canny, Bryan Batt, Nora-Jane Noone, Pollyanna McIntosh
La actriz y directora Pollyanna McIntosh presenta esta secuela de The Woman (2011) , un film dirigido por Lucky McKee que fue presentado en la IX Muestra de Cine Fantástico de Madrid en 2012, sobre el intento de resocializar a la última superviviente de un primitivo clan de caníbales salvajes, con trágicas consecuencias. Ahora, la descendiente de esa misma mujer es retenida en una residencia católica para señoritas donde tratarán de hacerla civilizada a través de la fe, hasta que descubren el secreto que lleva en su vientre y que su violenta madre viene al rescate.
Resulta curioso seguir el árbol genealógico de este drama de terror psicológico donde nos encontramos como hilo conductor al fallecido autor norteamericano Jack Ketchum y cuya primera novela Off Season, publicada en 1980, supuso el punto de partida a la perturbadora saga de una familia de caníbales que habitan en el interior de una zona boscosa de la costa de Maine. Tildada de pornográfica y obscena por sus descripciones de violencia extrema fue retirada de la venta poco después por la editorial Ballantine Books, lo que la convirtió rápidamente en obra de culto por las hordas de aficionados al género, el propio Ketchum escribió una secuela once años más tarde, Offspring, que sería llevada al cine en 2009 por el director Andrew van den Houten y que explicaría el origen del clan caníbal (la familia de un farero que desaparece durante una brutal tormenta a principios de siglo) y su continuidad en el tiempo procreando entre ellos y secuestrando niños en un festival de sangre, violaciones y muertes de bajo presupuesto, pero que sirvió como introducción al personaje que daría lugar a la mejor secuela de la saga en 2011, coescrita junto a Lucky McKee, quien a sí mismo la llevaría a la gran pantalla interpretada por Pollyanna McIntosh. McKee sacó la historia de los escenarios rurales cercanos a otros films del subgénero de terror rural de los años 70, como Las colinas tienen ojos (1977) de Wes Craven o Scum of the Earth (1974) de S. F. Browning, y realizó un ensayo perverso y demoledor sobre las muchas formas del abuso de género en un entorno suburbano más próximo al espectador.
A partir de este punto de partida, y con el cruel y violento imaginario descrito por Ketchum como trasfondo, Pollyanna McIntosh firma una fallida secuela que pierde la intensidad y la capacidad de encoger el estómago de las películas anteriores, en forma de una especie de dubitativo film de denuncia social y drama psicológico, de tono fluctuante, que parece no saber exactamente qué contar, ni cómo, oscilando entre la denuncia y el terror sin propósito evidente. Y donde, incluso la interpretación de la propia McIntosh, otrora visceral e impactante en The Woman, se ha vuelto ahora tediosa y anodina. Completan el reparto Cooper Andrews (a quien hemos visto junto a McIntosh en la serie The Walking Dead) y Nora-Jane Noone, conocida por los fans de género por sus colaboraciones con el director Neil Marshall en The Descent (2005) y Doomsday: El día del juicio (2008) .