Título original: El Pacto (ESP, 2018) Color, 106 mins.
Director: David Victori
Reparto: Belén Rueda, Mireia Oriol, Darío Grandinetti, Antonio Durán ‘Morris’
Opera prima del realizador David Victori, El pacto es un oscuro thriller psicológico protagonizado por Belén Rueda, quien interpreta a una madre que, en orden a salvar la vida de su hija aquejada de un coma diabético, hace un siniestro pacto, enormemente arraigado en el mito de Fausto, que conllevará trágicas consecuencias para su vida y la de su familia.
A priori, El pacto recuerda mucho al estilo de las mejores producciones del nuevo cine de terror español como El orfanato (2007) o Los otros (2001) , donde se conjugaba de manera acertada un cuidado estilismo visual con muchas dosis de terror psicológico. Pero, sorprendentemente, no logra alcanzar el nivel emocional necesario para elevarse al mismo estatus de crítica y público que las mencionadas.
Principalmente, porque cuando el diabólico pacto se consuma y la película se desplaza hacia territorios más sobrenaturales todo se enturbia proporcionalmente, tanto para el espectador como para los personajes. La trama se enreda demasiado y el ritmo frenético que coge tampoco la ayuda demasiado. Por otro lado, Belén Rueda, quien se ha ganado una reputación internacional más que fiable por sus trabajos en películas del género como la mencionada El orfanato o Los ojos de Julia (2010) , nos ofrece una interpretación de madre aterrorizada irregular y cansina. Algo que hemos visto en otras ocasiones y con mayor inspiración. Además, existe en la trama un más que evidente sugerencia de que ese personaje guarda un lado más oscuro y espeluznante que la rutinaria interpretación de Belén Rueda nunca llega a mostrar. El ritmo frenético de la película no permite tampoco que la genial actriz madrileña pueda extraer demasiados matices a su personaje. Por ello, el espectador observa sus estragos y su imposible situación, pero no termina de experimentarlo con ella.
Técnicamente hablando, El pacto es una película muy bien construida, intensa, con buena atmósfera y un par de sustos bien colocados, pero que en su conjunto resulta altamente decepcionante, sobre todo porque parece una de esas producciones más preocupadas de buscar el próximo susto que en ganar credibilidad y porque planea sobre ella esa sensación de que ya ha sido vista, de que su fáustica historia ya ha sido contada en numerosas ocasiones.