Título original: Bird Box (USA, 2018) Color, 124 mins.
Director: Susanne Bier
Reparto: Sandra Bullock, Trevante Rhodes, John Malkovich, Sarah Paulson
El terror postapocalíptico tiene como premisa común los escenarios de supervivencia de la humanidad después de que un evento catastrófico global diezme a la raza humana. Generalmente, los elementos terroríficos vienen reflejados en la amenaza exterminadora que aún persiste o en el nuevo orden social que se crea después del cataclismo. La realizadora danesa Susanne Bier, ganadora del Oscar a la Mejor Película Extranjera en 2010, no es precisamente conocida por sus incursiones en el género terrorífico (de hecho, esta es su primera película enmarcada dentro del género), pero con esta historia, basada en una novela de Josh Malerman , sobre una madre y sus esfuerzos por sobrevivir junto con sus hijos en un mundo aterrador, demuestra un gran conocimiento de las características propias del subgénero postapocalíptico: el pesimismo, la magnificación de los errores que conducen a un final nefasto, etc.
La Tierra está siendo recorrida por una extraña epidemia de suicidios masivos, que se extiende desde la Europa del Este, y que obliga a los supervivientes a cubrir sus ojos constantemente y permanecer en el interior de sus casas para evitar sucumbir a la imperiosa necesidad de acabar con sus vidas. Con reminiscencias demasiado directas de El incidente (2008) de M. Night Shyamalan, o de la más reciente Un lugar tranquilo (2018) , como para ser pasadas por alto. O, incluso, de la adaptación cinematográfica de 2009 que el realizador John Hillcoat hizo del bestseller La Carretera de Cormac McCarthy. En cualquier caso, la falta de originalidad de su guión es suplida con creces por una puesta en escena increíblemente tensa y eficiente, una hipnótica y atmosférica banda sonora compuesta por Trent Raznor y Atticus Ross y, ante todo, por la excelencia de su atinado reparto.
Sandra Bullock, John Malkovich, Rosa Salazar, Trevante Rhodes, todos y cada uno de ellos triunfan en sus interpretaciones del variopinto grupo de supervivientes dispuestos a mover cielo y tierra con tal de seguir viviendo un día más. Particularmente angustiosas resultan las secuencias de acción en las que los actores tienen que desenvolverse, privados del sentido de la vista, terriblemente indefensos y aún así perseverando en su búsqueda de comida o de refugio. Añade a dicha selección otros nombres como Sarah Paulson o Pruitt Taylor Vince y tendrás uno de los repartos más fascinantes de 2019.
Sin embargo, A ciegas no está exenta de desaciertos. A pesar de esos momentos de tensión mencionados, el guión de Eric Heisserer se empeña en inventarse débiles excusas para mantener a los supervivientes en un perenne conflicto que, predecible e inevitablemente, los conduzca a su destrucción. Por otro lado, Susanne Bier mantiene un tono sorprendentemente simplista en las relaciones de sus supervivientes, cuando una de las características más importantes del subgénero post apocalíptico es el uso de un escenario de desesperación extrema para explorar el sentido existencial del ser humano; sobre todo a través de la observación de su comportamiento más elemental dentro del nuevo orden establecido. Pero en esta película, nos encontramos con unos personajes un tanto manidos, desde el arquetipo de héroe veterano de guerra, al villano survivalista, los jóvenes egocentristas que solo piensan en sí mismos, o la madre convertida en heroína por obligación. Lamentablemente, todo ello deja un regusto final a haber visto previamente el mismo «Fin de los Días», una y otra vez.