Título original: Doctor Sleep (USA/CAN/UK, 2019) Color 152 mins.
Director: Mike Flanagan
Reparto: Ewan McGregor, Rebecca Ferguson, Kyliegh Curran, Cliff Curtis
La adaptación cinematográfica de la secuela de la novela El resplandor de Stephen King nos lleva casi cuarenta años más tarde a revivir las desdichas de un Danny Torrance adulto que ha renegado de sus facultades psíquicas y su regreso al maldito Hotel Overlook para salvar a una joven de las garras de un grupo de siniestros personajes que ansían la inmortalidad y aspiran alcanzarla alimentándose de los poderes psíquicos de gente como Danny y la muchacha.
El escritor y realizador Mike Flanagan, a quien previamente hemos visto en otra adaptación de Stephen King, El juego de Gerald (2017) , se ha encargado de la nueva novela y best-seller instantáneo, con la premisa fundamental e inamovible de no filmar la típica película de terror y, desde luego, no hacer otro ripoff vulgar de El resplandor (1980) . Tarea, por otro lado, nada fácil, porque la siniestra sombra del hotel Overlook esbozada por Stanley Kubrick es muy alargada, al igual que la del fantasma de la habitación 217.
Flanagan presenta una secuela que se encuentra a caballo entre el original literario y el precedente cinematográfico y que además no parece decidirse a cuál de las dos quiere parecerse más. Y este es su mayor problema. La indecisión. Es obvio que Mike Flanagan tiene una habilidad especial para crear atmósferas altamente siniestras e idénticos resultados obtiene en Doctor Sueño, su recreación del paisajismo de Kubrick es escalofriante y, sobre todo, digna del genio. Por otro lado, la intensidad de la interpretación de Ewan McGregor también es digna de elogio. Su similitud al personaje descrito por Stephen King es encomiable.
Pero, es en su recreación de los monstruos donde Flanagan realmente flaquea y echa por tierra todo el esfuerzo. Toda la intensidad de la parte emocional de la película merecía mejores villanos y cualquier demonio interno del heredero de Jack Torrance resulta mucho más terrorífico que un ridículo puñado de hippies chupa-almas y su líder, interpretada por una Rebecca Ferguson con pinta de influencer ecologista trasnochada, que nunca llega a estar a la altura a la hora de asustarnos o tan siquiera intimidarnos. Menos mal que Flanagan regresa en la parte final a los fantasmas conocidos y resulta aún aterrador ver de nuevo a las gemelas Grady de vuelta al final del pasillo o ríos de sangre fluyendo de los ascensores del hotel Overlook.
En resumidas cuentas, Mike Flanagan se afana tanto en respetar las visiones de dos genios como King y Kubrick que quizás se olvida de mostrar la suya. Es cierto que le ha tocado rodar una película basada en un libro que es secuela de otro libro anterior y en otra película, y quizás eso le haya hecho perderse un poco, pero de alguien como Mike Flanagan uno esperaba que mostrase sus propios escenarios y premisas de una forma, si no más inteligente o novedosa, al menos más original.