#CriticadeMiedo

Ryde

Un asesino psicópata utiliza una app de conductores particulares para encontrar a sus próximas víctimas en este slasher de bajo presupuesto e interés aún más bajo. De trama plana y sin sorpresas, la historia transcurre de una muerte a otra sin mayores pretensiones.

Título original: Ryde (USA, 2017) Color, 84 mins.
Director: Brian Visciglia
Reparto: David Wachs, Jessica Serfaty, Ronnie Alvarez, Veronica Loren

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El largometraje debut de Brian Visciglia, Ryde es un thriller de terror misógino que juega con los temores que acechan en la vida cotidiana para contar la historia de un asesino en serie que utiliza una app de conductores particulares para encontrar a sus nuevas víctimas en la ciudad de Los Angeles.

Ryde es una de esas películas que no tienen una trama muy compleja, ni nada por el estilo, toda su estructura narrativa se basa fundamentalmente en una premisa: el peligro de confiar plenamente en un extraño hasta el punto de subir a su coche sin ningún tipo de garantía. Aún así, la historia podría dar para filmar un thriller terrorífico sencillo pero entretenido, de esos que básicamente se construyen a partir de entender los tropos genéricos del slasher: la sucesión de muertes, el policía de turno persiguiendo al asesino, la víctima con la que empatizar, etc.

Sin embargo, Visciglia no demuestra en absoluto conocer las reglas básicas del género y se las ingenia para hacer una película mediocre, más interesada en mostrar cierto sensacionalismo softcore en las muertes, que en hacerlas verdaderamente aterradoras, por mucho que las embadurne de sangre y violencia. Incluso el dibujo del asesino en serie resulta ingenuo e inverosímil y eso que la película invierte una buena parte de su metraje en mostrar su punto de vista en vez del de su víctima principal. Por otro lado, Visciglia tampoco parece muy interesado en el desarrollo de personajes, más allá de proporcionar nuevas víctimas femeninas para alimentar el ansia criminal del asesino. Por ejemplo, las víctimas femeninas son un grotesco desfile de mujeres objeto, muy sexualizadas y bastante inverosímiles, cuyo único alarde interpretativo es aparecer lloriqueando bajo los golpes del asesino o con un cuchillo desgarrando sus gargantas. Pura misoginia, lasciva y voyerista, más cercana al exploitiation o cine de explotación de los sesenta y setenta, que a las sensibilidades del nuevo milenio.

Curiosamente, Ryde es un film técnicamente pulido y trabajado. Su estética visual, muy similar a la de Collateral (2004) cuya cinematografía parece empeñarse en imitar, resulta lo suficientemente atractiva, a pesar de todos esos interminables paseos nocturnos por Los Angeles.

En definitiva, Ryde es un thriller de asesinos en serie aburrido y plano cuyo único aliciente es saltar de una muerte a otra, teñidas del gore y la violencia necesaria para satisfacer el paladar de un puñado de aficionados, pero para decepcionar y aburrir soberanamente a la gran mayoría.