Compositor: Christopher Young
Discográfica: Paramount Music ©2019
Duración: 16 canciones, 76 mins.
Componer una partitura para ilustrar los oscuros recovecos de la mente de Stephen King no debe ser tarea fácil y, si encima ya ha sido compuesta anteriormente por un reputado compositor como Elliot Goldenthal treinta años atrás, la labor es poco menos que una patata caliente. El trabajo de Goldenthal para su «Pet Sematary», el tema principal de la película de Mary Lambert, es una especie de vals orquestal con coros infantiles y sus variaciones a lo largo del álbum. Una magnífica banda sonora que aún resuena en la cabeza de los aficionados.
El paisaje sonoro de Christopher Young no es muy diferente. Temáticamente hablando solo hay un tema como tal, una pieza melancólica de piano y cuerda para representar a la familia protagonista, introducida en la pista «The Maine Road», que luego se mantiene recurrente en variantes deconstruidas a lo largo de toda la partitura. El motivo para la parte más terrorífica es presentado en «The Wendingo», donde Young combina una variedad de efectos de sonido, percusión, cuerdas y voces sin palabras para recrear una atmósfera sobrecogedora pero al mismo tiempo cautivadora.
Obviamente, el aspecto más destacable de la banda sonora de Cementerio de animales es el uso de coros vocales, que curiosamente no dicen nada concreto, pero que resultan muy inquietantes. Quizás por el uso que Young hace de ellas, pues empiezan melodiosas y eventualmente se van deteriorando en sinuosos susurros con evidentes influencias de Ligeti.
Para muchos aficionados de las bandas sonoras terroríficas y en particular de Christopher Young este álbum puede resultar una sorpresa, más acostumbrados a sus composiciones mainstream hollywoodenses. Cementerio de animales puede ser considerada como un trabajo poco popular que ahuyenta al oyente común con su tono abstracto y fuertemente texturizado. Sin embargo, es indudable que recrea un exquisito viaje de terror atmosférico alrededor del dolor de la familia protagonista.