Nuevo sabor a cereza (TV 2021– )
Nuevo sabor a cereza (Serie de televisión)
agosto 13, 2021
Candyman (2020)
Candyman (Crítica de cine)
agosto 27, 2021

Imagen por cortesía de © Vertigo Releasing

#CriticadeMiedo

Censor

El debut de la guionista y directora galesa Prano Bailey-Bond es un paseo nostálgico por el surgimiento de las Video Nasties de principios de los 80, un homenaje ambicioso e inteligente que obliga al espectador a realizar un escrutinio introspectivo sobre la fascinación de lo morboso y la naturaleza liberadora del lado oscuro del alma humana. Una de esas películas de terror que se adhieren al subconsciente y se quedan grabadas mucho después de finalizar los créditos.

Título original: Censor (UK, 2021) Color, 84 mins.
Director: Prano Bailey-Bond
Reparto: Niamh Algar, Nicholas Burns, Michael Smiley, Sophia La Porta

★★✰✰ Censor (2021) on IMDb


El primer largometraje de la directora de origen galés Prano Bailey-Bond, que recibiera numerosas críticas positivas durante su presentación en sociedad en el Festival de Cine de Sundance de 2020 y estrenado en nuestro país en el marco de la 54 Edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges 2021, es un paseo nostálgico por los años de las Video Nasties, un listado de la Oficina Británica para la Clasificación de Películas o BBFC (British Board of Film Classification) que contenía los títulos de las películas cuya distribución fue prohibida por las autoridades ultraconservadoras del Reino Unido. Todo un exceso censor que llevó a elevar a aquellas películas a la condición de películas de culto por los aficionados, quienes se pasaban las videocasete de mano en mano, en un alarde de morbosidad clandestina. Títulos como Holocausto caníbal (1980) de Ruggero Deodato, La última casa a la izquierda (1972) de Wes Craven o incluso la española La Maldición de la Bestia (1975) de Miguel Iglesias, formaban parte de esta lista, y cineastas como Jesús Franco, Lucio Fulci, Andy Milligan o Herschell Gordon Lewis pasarían al folclore urbano como directores fetiche.

En Censor, la protagonista es una censora de la BBFC, protagonizada magistralmente por la irlandesa Niamh Algar, a quien hemos visto recientemente en la miniserie Seduciendo a un asesino (TV Series, 2021) distribuida por HBO Max, que ve cómo su vida se pone patas arriba cuando tiene que clasificar una película de terror especialmente desagradable y sus imágenes despiertan en ella recuerdos de la extraña desaparición de su hermana menor y el poderoso sentimiento de culpa que ha estado reprimiendo todos esos años.

Evidentemente, como no podía ser de otra manera habida cuenta de la corriente actual que está transformando los cánones del género, Censor parte de un concepto elevado que oscila entre el escrutinio sobre la fascinación de lo morboso y la naturaleza liberadora del lado oscuro del alma humana. Pero, no duda tampoco en adentrarse en el horror más mugriento y explícito como el que se destila de las propias películas que Algar tiene que revisar, sobre todo en la segunda mitad de la película. Impregnada del mismo tono áspero y de bajo presupuesto de las propias Video Nasties a las que rinde tributo, Censor se empapa del espíritu transgresor de éstas para ofrecer un ejercicio de metacine visualmente impactante, donde los formatos de película se entremezclan para fusionar realidad y locura de manera enormemente efectiva y transportar al espectador a la montaña rusa emocional de la protagonista en una transición fluida y sin exabruptos. La meticulosa dirección artística de Bailey-Bond tiene mucho que ver en esto, pero la honestidad interpretativa de Algar a la hora de meterse en la traumatizada mente del personaje de la censora merece una mención especial y cuyo recorrido entre la frialdad y el distanciamiento iniciales a la fractura de su integridad mental y emocional del clímax final, posiblemente la sitúe como una de las interpretaciones femeninas más destacables del reciente cine de terror, junto a la de Morfydd Clark en Saint Maud (2019) crítica.

Hay en Censor reminiscencias cronenbergianas, concretamente de Videodrome (1983) , donde también se terminan fusionando realidad y la ficción surgida de una videocasete, y de Repulsión (1965) de Roman Polanski, en esa manera en la que Algar siente animadversión hacia las películas que censura y, al mismo tiempo, no puede evitar el poder de atracción que ejerce sobre ella la truculencia de esas mismas imágenes. Notable es la escena en la que la cámara se cierra sobre el rostro de la protagonista mientras observa una película, el horror silencioso reflejado en sus ojos, haciendo evidente que el visionado es casi insoportable; sin embargo, nunca retira la mirada, ni apenas parpadea.

Pero, no todo son buenas noticias en la ópera prima de Prano Bailey-Bond, pues ésta termina trastabillando en una narración irregular, que deja abiertas ciertas líneas argumentales, como la supuesta vinculación entre la violencia cinematográfica y la real que sugiere la presentación de un asesino sanguinario al que la prensa relaciona con el visionado de las Video Nasties. Censor tampoco parece querer aportar una respuesta al dilema que plantea sobre la atracción que ejerce en el ser humano la violencia más cruda y se mantiene centrada en la observación, casi voyerista, del descenso a los infiernos de la protagonista.

Censor es una película de horror inquietante y abrumadora a partes iguales, que intercala poderosamente la realidad con lo onírico en la locura de colores saturados de la protagonista, aunque no resulta del todo honesta cuando crea su propia mitología sobre las Video Nasties, mezclando metraje de films reales como El asesino del taladro (1979) de Abel Ferrara o Terror sin habla (1974) de Peter Walker con otro totalmente ficticio, como la mencionada Cannibal Carnage o Don’t Go in the Church, el film que parece estar basado en la desaparición de la hermana y que permite, además, que todo se pueda entender como un relato de cine sobre cine, en el que convergen dos narraciones, la que vive la protagonista y la que se desarrolla en el interior de su mente; otro paralelismo con Saint Maud, por cierto. En resumidas cuentas, una de esas películas de terror que se adhieren al subconsciente y se quedan grabadas mucho después de finalizar los créditos.




terrorbit
terrorbit
Escritor y amante de cine de terror. Superfan de las películas de zombies, cuantos más zombies, mejor. Desde mis ojos, cuatro décadas viendo cine de terror os contemplan.