Título original: Resident Evil: Welcome to Raccoon City (CAN/GER, 2021) Color, 107 mins.
Director: Johannes Roberts
Reparto: Kaya Scodelario, Hannah John-Kamen, Robbie Amell, Tom Hopper
Sony Pictures y Constantin Film afrontan el rejuvenecimiento de una saga terminalmente extenuada después de las seis películas creadas por el tándem Paul W.S. Anderson y Milla Jovovich, con la intención de adecuarla a los paladares de la Generación Z y de refrescar la trama original desarrollada en los videojuegos de Capcom. Para ello, el director y guionista Johannes Roberts, conocido por los aficionados al género por otros films exitosos como A 47 metros (2017) crítica o Los Extraños: Cacería Nocturna (2018) , traslada la acción a los orígenes de la saga, ambientándola en la década de los 90 y llenándola de guiños hacia los aficionados, donde una joven rebelde y autosuficiente (Kaya Scodelario) regresa a Racoon City, su ciudad natal, donde su hermano (Robbie Amell) aún ejerce como policía, y que se halla controlada por una corporación farmacéutica, que lleva a cabo siniestros experimentos bajo sus calles. Cuando uno de estos experimentos sale mal y se convierte en un brote zombie, los hermanos y el resto de supervivientes tratarán por todos los medios escapar de la ciudad antes de que sea completamente arrasada.
La historia de Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City se desarrolla en varias localizaciones, las mismas que aparecen en los dos primeros videojuegos que iniciaron la franquicia: Resident Evil (Shinji Mikami, 1996) y Resident Evil 2 (Hideki Kamiya, 1998), el Orfanato de Raccon City, la Mansión Spencer, la comisaría de policía, todas ellas excelentemente ambientadas, captando iluminaciones y escenarios al milímetro. Y tiene como protagonistas a los mismos personajes que aparecen en ambas entregas: los hermanos Redfield, Leon S. Kennedy, Jill Valentine y, por supuesto, el agente Wesker. Roberts utiliza todos estos elementos para crear una historia familiar pero, al mismo tiempo, alternativa, que mezcla sucesos conocidos con otros inéditos de una manera eficaz, que funciona sobre todo gracias al espíritu revival que se ha adueñado del género estos días y a su aroma de exploitation de serie B sin pretensiones.
Atrás quedaron los enloquecidos títulos de acción a raudales de Anderson y Jovovich, ahora la saga se inspira en otros referentes como John Carpenter y su magistral Asalto a la comisaría del distrito 13 (1976) , banda sonora sintetizada incluida, y, por supuesto, en la trilogía zombie de George A. Romero. Johannes Roberts regala a los aficionados con un ejercicio de terror razonablemente entretenido que trata de ofrecer escenas de suspense bien elaboradas, al mismo tiempo que aplica a la perfección el fenómeno del consumo rápido, al que tan acostumbrados están los integrantes de la Gen Z. Es decir, Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City contiene todos los ingredientes necesarios, aunque no de excesiva calidad, mezclados adecuadamente para obtener un divertimento inmediato de susto fácil. Buen ejemplo de ello es el reparto atiborrado de rostros conocidos, eficaz pero sin profundidad ni espacio para desarrollar sus personajes. Del mismo modo, la abundancia de detalles sin explicar y las subtramas abandonadas o meramente insinuadas que podrían suponer una decepción en cualquier otro caso, menos en este, a sabiendas de que habrá una secuela o varias, donde se irán cerrando cosas.
En definitiva, esta última visita al universo capta a la perfección el espíritu de los videojuegos y lo traslada con acierto a la ámbito cinematográfico. La habilidad de Roberts para recrear esa atmósfera opresiva y asfixiante de terror de supervivencia compensa con creces el poco desarrollo de los personajes o incluso que alguno de ellos haya sido inexplicablemente redibujado como alivio cómico. Independientemente de si eres un fan nostálgico y estés familiarizado con cada recoveco o te acerques por primera vez al folclore de la saga, Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City es lo suficientemente fiel y emocionante como para dejarte un excelente sabor de boca.