#CriticadeMiedo

Unwelcome

Modesta película de terror sobrenatural, inspirada una vez más en el rico folclore popular irlandés, que pretende recuperar el espíritu de las viejas sagas noventeras sobre seres mágicos y otras criaturas fantásticas, pero cuya desigualdad tonal y su estrafalaria amalgama de estereotipos fantaterroríficos hacen que resulte poco original y extremadamente infantil en su desarrollo.

Título original: Unwelcome (UK, 2022) Color, 104 mins.
Director: Jon Wright
Reparto: Hannah John-Kamen, Douglas Booth, Colm Meaney, Niamh Cusack

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Los subgéneros de invasiones domésticas y el terror rural se entremezclan en el último trabajo del británico Jon Wright, un realizador conocido en el género fantaterrorífico por su habilidad para mezclar la comedia con el terror y quien impresionó en 2012 con la comedia de terror Grabbers , aún inédita en nuestro país.

Unwelcome es una película de terror sobrenatural mucho más oscura de lo que acostumbra a filmar Jon Wright y cuya trama gira en torno a una joven pareja que acaban de descubrir que van a ser padres (Hannah John-Kamen y Douglas Booth) y que, tras sufrir un traumático allanamiento de morada en su apartamento, se mudan a Irlanda, a la destartalada casa de campo que heredaron de una familiar fallecida, con la intención de escapar de la violencia londinense y ofrecer una vida mejor a su futuro bebe. Una vez allí, aprenden que las supersticiones locales y una familia de la peor calaña, contratada para arreglar la casa, pueden ser más peligrosos que todos los matones juntos.

Descrita por algunos críticos especializados como una mezcla entre Gremlins (1983) de Joe Dante y Perros de paja (1971) de Sam Peckinpah, Unwelcome es más una evolución del rico filón del terror popular británico y de la franquicia Leprechaum, iniciada en 1993 por La noche del duende de Mark Jones, adoptando un enfoque hiperbólico de los «far darrig» o pequeñas hadas fantásticas de la mitología regional irlandesa que, en la historia coescrita por el propio Wright y Mark Stay, exigen diarias ofrendas de sangre a cuenta de no volverse extremadamente agresivos.

Lo que sigue es un estrafalario e incoherente mejunje de ideas y conceptos que no funcionan en conjunto, ni por separado, amalgamando todo tipo de clichés de las películas de terror, a cada cual más estúpido e increíble, como que Hannah John-Kamen y Douglas Booth hagan caso omiso de las advertencias e ignoren todas la señales de alarma respecto a la familia de hostiles contratistas que invaden su casa a las primeras de cambio, o la pintoresca costumbre de dejar un plato de comida en el jardín trasero para los «far darrig».

Si bien es cierto que el misterio que envuelve a estos últimos es lo que hace que la primera mitad de la película resulte medianamente interesante. Sobre todo cuando no se muestran en pantalla porque, cuando lo hacen, parecen niños disfrazados de Halloween. Resulta evidente que la segunda mitad se vuelve desigual y se convierte en una especie de bufonada fortuita, donde los humanos dan más miedo que las marionetas, aunque estén siendo destripados o degollados. A pesar de estos momentos de gore explícito, Jon Wright se ve incapaz de crear un ambiente de tensión o peligro, y es que los tontos efectos de criaturas supervisados por Shaune Harrison, lejos de dar miedo, parecen descartes recuperados de un olvidado almacén del finado Jim Henson.

Unwelcome es básicamente una modesta película de terror en la que todo parece artificial y forzado. Desde la paleta cromática que satura el ambiente con dorados y verdes, otorgando una atmósfera irreal que hace parecer a los exteriores decorados de cartón, hasta las interpretaciones sobreactuadas de Douglas Booth y Hannah John-Kamen, cuyos esfuerzos por mantener el drama de la historia solo consiguen exasperar al espectador. Además, la película no logra encontrar el equilibrio entre el terror y lo cómico, lo que impide la construcción de una trama verdaderamente memorable. En resumen, se trata de una producción de serie B, poco original y un tanto infantil en su desarrollo, cuya violenta conclusión no alcanza a redimir sus debilidades.