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Imagen por cortesía de © Warner Bros Pictures | Warner Bros PicturesEspaña

#CriticadeMiedo

Thriller de horror sobrenatural que resulta más prometedor que realmente satisfactorio y revela las numerosas debilidades en la dirección de Ishana Night Shyamalan, la hija del popular director indonorteamericano. Cuenta con momentos razonablemente convincentes, sobre todo en su primer tercio, pero luego cae en el error de reproducir las obsesiones habituales de M. Night Shyamalan sin conseguir transmitir alma ni fuerza propia. Además, la innecesaria sobreexplicación de lo que sucede en pantalla hace que se diluya gran parte del misterio que encierra la historia.

Título original: The Watchers (USA/IRL, 2024) 102 mins.
Director: Ishana Night Shyamalan
Reparto: Dakota Fanning, Georgina Campbell, Olwen Fouéré, Oliver Finnegan

★★✰✰✰ The watchers (2024) on IMDb


En los últimos meses, el término «Nepo Babies» ha resonado con frecuencia en los círculos de la industria del entretenimiento, destacando una tendencia cada vez más visible tanto en Hollywood como en el mundo de la música. Aunque, en realidad, no es nada nuevo. «Nepo Babies» es un cándido acrónimo que se refiere a los hijos de actores, directores o músicos que siguen la misma profesión que sus padres, o una relacionada, a menudo participando incluso en los mismos proyectos familiares. Históricamente, la industria cinematográfica siempre ha contado con hijos de profesionales que han seguido los pasos de sus padres. Un ejemplo notable es Nicolas Cage, sobrino de Francis Ford Coppola, quien cambió su apellido para evitar el nepotismo y construir su carrera en Hollywood sin ser asociado directamente con su influyente familia, que cuenta con una decena de miembros dedicada al cine.

En el ámbito del horror y el thriller, el siglo XXI ha visto surgir a varios descendientes de profesionales del cine que han logrado cierto prestigio como directores. Lamberto Bava y Jennifer Lynch son ejemplos de hijos que destacaron en el siglo XX por sus aportaciones al cine de terror. El primero, con una filmografía que incluye alrededor de treinta producciones, es especialmente recordado por Demons (Demoni, 1985) y Demons 2 (Demoni 2… l’incubo ritorna, 1986) . Por su parte, Lynch ha centrado gran parte de su carrera en la televisión, aunque su ópera prima, Mi obsesión por Helena (Boxing Helena, 1993) , sigue provocando pesadillas en la memoria de muchos espectadores veteranos.

Contrario a lo que muchos podrían pensar, ser hijo de una figura famosa o exitosa no es tarea sencilla. Vivir y, más aún, crear algo original bajo la sombra de un talento mayor con el que inevitablemente serás comparado, es un desafío considerable. Sin embargo, una nueva generación de talentosos «Nepo Babies» ha comenzado a destacar en el género del horror. Cineastas emergentes como Brandon Cronenberg, Oz Perkins, Panos Cosmatos, y las más recientes incorporaciones de Caitlin Cronenberg e Ishana Night Shyamalan, han elegido el horror como vehículo para mostrar sus credenciales al mundo.

Los vigilantes es la ópera prima de Ishana Night Shyamalan, quien no solo dirige sino también adapta la novela homónima de A. M. Shine, uno de los principales autores irlandeses de terror contemporáneo. Su trama sigue a Mina (Dakota Fanning), una joven norteamericana que trabaja en una tienda de animales de Galway y recibe el encargo de llevar un ave exótica a un zoo al otro lado del país. Sin embargo, durante el viaje, su coche se avería en medio de un frondoso bosque, obligándola a adentrarse en la espesura en busca de ayuda. Pronto descubrirá que no está sola y que una presencia siniestra la acecha desde las sombras. Desesperada, encuentra refugio en una extraña edificación con forma de búnker, donde se une a tres extraños que también están atrapados en el lugar, al que han apodado «El gallinero». Mientras tanto, criaturas invisibles los observan desde el exterior a través de un gran ventanal espejado.

Combinando el rico folclore irlandés con el suspense psicológico característico de la filmografía de su padre, Los vigilantes es un thriller de horror sobrenatural muy irregular, que cuenta en el primer tercio de la película con momentos razonablemente convincentes, para luego caer en una sobreexplicación que deshace gran parte del buen trabajo previo. Este problema recuerda a lo que ocurre reiteradamente en el cine de M. Night Shyamalan, en películas como El bosque (The Village, 2004) o La joven del agua (Lady in the Water, 2006) , referencias directas de esta película, que comienzan con una construcción maravillosa solo para derrumbarse con explicaciones extravagantes y anticlimáticas.

Los vigilantes comienza de manera prometedora, con un potente prólogo de persecución en un bosque, que ya hemos visto antes pero resulta muy efectista. Todo queda muy bien esbozado, una vez que Mina queda atrapada en «El gallinero» y sus compañeros de infortunio le explican las reglas que debe seguir para sobrevivir. Hasta aquí, Ishana Night Shyamalan parece ofrecer una fábula de terror tradicional, donde el horror, aunque no explícito, se percibe constantemente: «No hagas esto y todo irá bien». Sin embargo, a medida que la directora se empecina en infundir miedo en la audiencia usando lo que no vemos, la sensación de peligro urgente empieza a desvanecerse. Aunque hay momentos de tensión cuando Mina infringe las reglas y provoca la ira de los Vigilantes, la amenaza nunca se siente verdaderamente palpable. Lo cual eventualmente conduce a una verbalización constante de las reglas para intentar reforzar el peligro que amenaza a los protagonistas. Por ello, Madeleine (Olwen Fouéré) insiste una y otra vez en la letalidad de los Vigilantes, pero sin lograr transmitir auténtico terror.

Con Ishana Night Shyamalan ignorando la gran máxima del género que nos enseña que el suspense disminuye en intensidad cuanto más se revela, y obsesionada con explicar cada detalle y la motivación de los personajes, se desvanece gran parte del misterio que la película intenta construir y, peor aún, se impide que la audiencia haga su propia interpretación restándole entretenimiento a la experiencia. Incluso el manido prólogo viene con una explicación explícita («Hay un bosque al oeste de Irlanda que no aparece en ningún mapa»). Y, para colmo, a medida que se revelan las respuestas a los misterios planteados, la historia transita de lo inquietante a lo absurdo. La acumulación de tonterías mitológicas y simbolismo de andar por casa lleva a que el espectador se pregunte si está viendo una ridícula relectura de Alicia en el País de las Maravillas o un ensayo dostoyevskiano sobre la presencia del doppelgänger.

Al menos, frente a todo este despropósito, Ishana muestra cierto oficio que sorprende, dada su limitada experiencia como directora (antes de su debut, dirigió algunos episodios de la serie Servant (2019-2023) de Apple TV+, abanderada por el propio M. Night Shyamalan). Una escena en la que Dakota Fanning observa su reflejo en la ventana espejada del búnker, que además presagia el clásico giro argumental marca de la casa Shyamalan, es un elegante ejemplo de su competencia estrictamente visual.

Los vigilantes es una película más prometedora que realmente satisfactoria, revelando varias debilidades en la dirección de Ishana Night Shyamalan. Sin embargo, también deja entrever una chispa artística que aún necesita desarrollarse por completo. A tenor de su primer acto, Ishana Night Shyamalan ha mostrado tener capacidad y solvencia para crear algo verdaderamente inquietante. Eso sí, cuando decida salirse de la alargada sombra de su padre. Mientras que no logre desprenderse de esa sombra, este primer intento se asemeja a los personajes que se convierten en objetos de los Vigilantes: una naturaleza muerta.




terrorbit
terrorbit
Escritor y amante de cine de terror. Superfan de las películas de zombies, cuantos más zombies, mejor. Desde mis ojos, cuatro décadas viendo cine de terror os contemplan.