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Imagen por cortesía de © Lionsgate | Diamond Films España

#CriticadeMiedo

Strangers: Capítulo 1

Especie de falso remake del film original de Bryan Bertino, que trata de aprovecharse del tirón comercial que aún mantiene el trío de extraños enmascarados que aterrorizaron a Liv Tyler y Scott Speedman y revitalizó el subgénero de invasiones domésticas. Pensada como parte integrante de una trilogía, que se rodó simultáneamente a lo largo de dos meses, quizás deba ser apreciada en su conjunto, porque individualmente fracasa estrepitosamente, sobre todo, por su total falta de originalidad.

Título original: The Strangers: Chapter 1 (USA/UK, 2024) 91 mins.
Director: Renny Harlin
Reparto: Madelaine Petsch, Froy Gutierrez, Gabriel Basso, Ema Horvath

★★✰✰✰ The Strangers: Chapter 1 (2024) on IMDb


Después del éxito comercial de la ópera prima de Bryan Bertino en 2008, nadie esperaba que se convirtiera en una franquicia. Sin embargo, a la película de Bertino le siguió una secuela, Los extraños: Cacería nocturna (The Strangers: Prey at Night, 2018) , dirigida por Johannes Roberts. Esta secuela ya mostraba signos de no tener nada nuevo que ofrecer, aparte de aumentar el número de víctimas del trío de extraños enmascarados. A pesar de ello, recaudó el doble de su presupuesto solo en la primera semana de su estreno en Estados Unidos y Canadá. Ahora, con los derechos de la franquicia transferidos de Universal a Lionsgate Films, nos encontramos ante la reactivación de la franquicia con una trilogía dirigida por Renny Harlin, rodada integramente a lo largo de dos meses y con la intención de que sea estrenada en salas de cine en el transcurso de un año (la segunda se presentará a finales de este año y la tercera a comienzos del siguiente).

Como su título sugiere de manera errónea, Strangers: Capítulo 1 no es una precuela de la franquicia existente, sino más bien una historia paralela. Aunque está abiertamente inspirada en la película de Bertino, no guarda ninguna relación respecto a los eventos ocurridos en Los extraños (The Strangers, 2008) . Además, introduce un cierto subtexto polítizado sobre la cerrazón moral y religiosa derivada del aislamiento de algunas zonas rurales norteamericanas, que contrasta con la ausencia total de contextualización del film de Bertino, donde la maldad de los tres asaltantes se mostraba sin retórica adicional. La vulnerabilidad convertida en terror por la irrupción de una violencia extrema no se justificada de ninguna manera. Simplemente, sucedía.

«¿Está Tamara en casa?» La misma pregunta que en las películas anteriores desencadenará la pesadilla para Maya (Madelaine Petsch) y Ryan (Froy Gutierrez), una pareja de neoyorquinos que celebra su aniversario con un viaje a Portland. Durante el trayecto, se detienen a descansar en un remoto pueblo del interior de Oregón. Al intentar reanudar la marcha, su coche sufre una avería, obligándolos a pasar la noche en una cabaña Airbnb en medio del bosque. Ya en la cabaña, tres extraños enmascarados irrumpen en la noche, y la pareja deberá luchar por su vida mientras intentan encontrar una forma de escapar.

Renny Harlin es un veterano director de cine, conocido por una filmografía que incluye varios éxitos en el cine de acción bombástico de los noventa, pero también bastantes incursiones en el género del horror como Deep Blue Sea (1999) , Cazadores de mentes (Mindhunters, 2004) o El exorcista: el comienzo (The Exorcist: The Beginning, 2004) , por citar algunas de las más reseñables. En los ochenta, dirigió la cuarta secuela de Pesadilla en Elm Street y un interesante slasher sobrenatural ambientado en una prisión, titulado Presidio (Prison, 1987) , que contaba con la presencia de unos jovencísimos Viggo Mortensen y Chelsea Field como protagonistas. El problema que se ha encontrado Harlin y el que no ha sabido manejar de manera adecuada, estriba en que la película de Bertino tenía la capacidad de capturar la idea del mal como un agujero negro que atrae todo a su alrededor, condensándolo en un vórtice donde las víctimas sufrían sin posibilidad de salvación.

En Strangers: Capítulo 1, Renny Harlin presenta un slasher génerico, con un guion de Alan R. Cohen y Alan Freedland resulta tosco y lleno de clichés: la cabaña en medio de la nada, el coche averiado, etc. Además, tiene incoherencias narrativas demasiado evidentes: ¿un alquiler de Airbnb en un pueblo aislado? ¿Maya se relaja sola, fumando marihuana semivestida, después de que una desconocida llame a la puerta y pregunte inquietantemente por alguien que evidentemente no está allí? El problema es que ya hemos visto todo esto antes, literalmente. Todo se presenta de manera previsible y tediosamente aburrida. No hay sorpresas ni sobresaltos y todo lo que se supone que debe ser aterrador resulta simplemente ridículo.

Por su parte, Maya y Troy no tienen carisma alguno y resultan insufribles. Son personajes arquetípicos que apenas destacan y sus decisiones resultan forzadas y poco realistas, pensadas unicamente para impulsar la trama y poco más. Para colmo, la película se presenta con el anuncio de que en Estados Unidos se comete un asesinato cada 26,3 segundos y que vamos a ver la «historia de uno de los más brutales». Sin embargo, ni la violencia que presenciamos ni la resolución de la tensión por parte de Harlin están a la altura de lo que se anticipa en esos créditos iniciales, por lo que ese golpe de efecto se diluye tan rápido como llegó.

Renny Harlin construye el suspense de manera efectiva al principio, principalmente gracias al uso de primeros planos sobre los actores que ocultan el consiguiente susto. Sin embargo, este método pronto pierde fuerza debido a su uso repetido. Además, Harlin alarga demasiado algunas escenas que se habrían beneficiado de una edición más precisa y menos irregular. Hay una toma de Maya tocando el piano, donde Harlin muestra su ingenio visual utilizando un espejo sobre el instrumento. Sin embargo, otra secuencia en la que Maya se esconde de su perseguidor, especialmente tensa, se desperdicia cuando Harlin la alarga unos segundos de más, haciendo que el espectador pierda el interés antes de llegar al momento más álgido. La poco inspirada dirección de Harlin prácticamente se limita a fotocopiar el estilo de Bertino y recurrir a los mismos trucos y giros de la película original, cuando no está girando la cámara en torno a los protagonistas de manera mareante y repitiendo situaciones sin cesar, como mostrar la «familiaridad del terreno» de los asesinos para anticipar el próximo susto.

En resumen, Strangers: Capítulo 1 es una película de invasiones domésticas genérica, sin elementos distintivos que la distingan de otras similares. Además, pierde efectividad al intentar contextualizar el ataque a la pareja protagonista. En la película de Bertino, no había un plan ulterior ni un método; solo la decisión descarnada de infligir dolor y sufrimiento sin motivo. Harlin ignora este matiz y pasa directamente a romper el pacto de suspense propuesto por Bryan Bertino. En su versión el acoso ya no es arbitrario, sino una elección deliberada por parte de los «sospechosos habituales» presentes en el restaurante donde se detienen Maya y Troy. Por otra parte, la presencia de rostros reconocibles como Richard Brake o Ena Horvath no contribuye significativamente a la intriga.

Saber que Strangers: Capítulo 1 forma parte de una trilogía y que solo es el prólogo de algo más desarrollado le resta importancia y frescura. Sobreexplicar, subrayar y revelar los secretos de una premisa mayor no parece ser una buena carta de presentación, especialmente sabiendo que aún faltan dos entregas más por ver. A día de hoy, el cine de terror acumula una buena colección de remakes y reboots que no logran capturar la esencia de sus predecesores y que, por completamente innecesarios, pueden resultar un mal menor para ir dejando el terreno libre a nuevas producciones más originales y arriesgadas. Tomen nota, ejecutivos de Lionsgate.




terrorbit
terrorbit
Escritor y amante de cine de terror. Superfan de las películas de zombies, cuantos más zombies, mejor. Desde mis ojos, cuatro décadas viendo cine de terror os contemplan.