Título original: Malevolent (UK, 2018) Color, 89 mins.
Director: Olaf de Fleur
Reparto: Florence Pugh, Ben Lloyd-Hughes, Scott Chambers, Celia Imrie
La distribuidora de contenidos bajo demanda Netflix se está convirtiendo poco a poco en uno de los puntos de encuentro para la mayoría de los aficionados al género de terror, bien sea con producciones propias o con películas independientes de escasa o ninguna proyección en las salas de cine. Malevolent encaja entre las primeras, directamente estrenada en el mercado VOD cuenta con la presencia de Florence Pugh, una actriz popular entre los fanáticos del género gracias a su aparición en la soberbia Midsommar (2019) , y que aquí soporta sobre sus hombros todo el peso de esta historia sobre dos hermanos que se dedican a engañar a gente haciéndose pasar por especialistas en fenómenos paranormales, que ven cómo su estilo de vida se tuerce cuando aceptan un trabajo en un viejo orfanato victoriano, donde los fantasmas de tres niñas asesinadas atormentan a la actual moradora del caserón.
Dirigida por el finlandés Olaf de Fleur en su primera incursión dentro del género terrorífico, Malevolent tiene una primera parte ágil en donde la presentación de los personajes ya deja claro al espectador qué se puede esperar de cada uno de ellos y además posee un buen trabajo de producción visual, cementado en la elección de una paleta de colores adecuadamente apagados, que recuerda mucho a la Escocia gris y sucia de la década de los 80, época en la que se ambienta la historia.
Malevolent está adaptada de la novela Hush (AuthorHouse, 2011) , un título mucho más atinado que el de la propia película, escrita por Eva Konstantopoulos y más volcada al concepto de casa embrujada que la adaptación escrita por Ben Ketai. Y quizás sea este su error principal, diluir la maravillosa atmósfera del original literario en una retahíla de clichés terroríficos y un puñado de apariciones fantasmales infantiles que apenas sobrecogen, que en conjunto hacen que la segunda mitad de la película vaya perdiendo fuerza y, sobre todo, la capacidad para inquietar. Al menos, hasta que llega el giro inesperado y todo se convierte en un maelstrom de sangre y violencia.
Se puede decir que Malevolent es una atractiva película de serie-B, cuyo mayor acierto es el inteligente uso de cámara que demuestra Olaf de Fleur para construir tensión y algunos buenos sobresaltos sin reducir la calidad visual, pero también se puede decir que como película de terror resulta un tanto decepcionante, en tanto que muchas de sus escenas de terror se sienten mal aprovechadas y están muy lastradas por un trabajo de maquillaje un tanto amateur. Pero, sobre todo, por culpa de la tabla de carnicero en que se convierte el desenlace, tan ineficaz como poco plausible, que quizás haga las delicias de los más fanáticos del cine gore pero deje un sabor de boca agridulce a la gran mayoría.