Título original: Cuerdas (ESP, 2019) Color, 87 mins.
Director: José Luis Montesinos
Reparto: Paula del Río, Miguel Ángel Jenner, Jordi Aguilar
El primer largometraje dirigido por el guionista y cineasta José Luis Montesinos, director de extensa experiencia en el mundo del cortometraje y ganador de un Premio Goya en 2014, plantea una formulista historia de supervivencia, con evidentes reminiscencias de Cujo (1983) de Lewis Teague y, sobre todo, de Atracción diabólica (1988) de George A. Romero, ambas infinitamente mejores, que trata de obtener el máximo beneficio posible de una historia simplona, en un entorno claustrofóbico y un personaje discapacitado físicamente en peligro y sin muchos elementos con los que defenderse. A la cabeza llegan también recuerdos de Atrapada (2010) , donde una mujer y su hermano autista (otro personaje, de alguna manera, limitado) son aterrorizados en una aislada casona por la presencia de un tigre hambriento.
En Cuerdas, presentada en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 2019, la protagonista es una adolescente traumatizada por un accidente de coche, que no acepta vivir su vida postrada en una silla de ruedas, y que se queda atrapada en un aislado caserón de campo, junto a un perro que ha sido mordido por un animal rabioso.
Este argumento, co-escrito entre el director José Luis Montesinos y Yako Blesa, tendría que ser suficiente para que el director tarraconense rodase un thriller supervivencia medianamente interesante y, de hecho, durante una cierta parte lo consigue. Hasta que deja de hacerlo. Fundamentalmente, porque la propia simpleza de la historia no da para llenar la hora y media de duración y Montesinos tiene que recurrir a situaciones forzadas e inverosímiles para seguir manteniendo el ritmo narrativo, así como a ciertos recursos innecesarios, como un buen puñado de flashbacks fuera de tono y poco integrados, con el fin de alargar la historia un poco más. Así que, sus mayores aciertos narrativos, como ese caserón adaptado o el perro adiestrado para que la joven tetrapléjica tenga sus necesidades satisfechas, que se convierten, de repente, en sus mayores peligros; o ese sentimiento nihilista que la apesadumbra hasta el punto de desear la muerte, son prontamente ignorados por Montesinos, en pos de acelerar el ritmo y los sustos fáciles, y en detrimento de la credibilidad del relato (mover a una persona discapacitada a un entorno aislado, la improbabilidad del enfrentamiento con el perro rabioso, etc.) Y, por si fuera poco, se empeñan en volcar todo el peso narrativo en torno a la figura de Paula del Río, una actriz poco convincente en su papel de tetrapléjica y cuyo único registro interpretativo parece ser el de estar eternamente con el ceño fruncido.
Cuerdas es una opera prima fallida, que flojea en su nostalgia de recuperar viejos leitmotivs del horror ochentero, como son los animales peligrosos y ciertos conceptos vampirizados de la extensa obra de Stephen King, no sólo la obvia referencia a Cujo (Grijalbo, 1982) , sino también a El juego de Gerald (Grijalbo, 1993) o Misery (Plaza & Janés Editores, 1992) , donde otros personajes con enormes dificultades de movilidad son amenazados por peligros mortales. En el caso de El juego de Gerald las referencias son aún más directas pues su protagonista se enfrenta además a otro perro peligroso y a las alucinaciones cargadas de culpabilidad. Y fracasa también en su empeño de hacer trascender una simple historia de supervivencia en algo más, como ese mensaje social sobre la independencia de las personas discapacitadas, que termina por representar situaciones altamente irreales. Ha habido un buen puñado de películas de terror con personajes parapléjicos o con alguna discapacidad física en los papeles principales, y ya hemos visto que al propio Stephen King le atraen particularmente. Montesinos, a pesar de sus errores, tiene el acierto de mostrar al personaje discapacitado como alguien frustrado, que podría tener serios problemas emocionales para aceptar su condición, y no como una especie de superheroína en silla de ruedas, que hubiese sido una visión menos honesta y comprensiva.