Título original: The New Mutants (USA, 2020) Color, 94 mins.
Director: Josh Boone
Reparto: Maisie Williams, Anya Taylor-Joy, Charlie Heaton, Alice Braga
La primera de las grandes superproducciones de superhéroes Marvel que realmente coquetea con el género del horror, si no tenemos en cuenta por supuesto la trilogía Blade (1998) o la decepcionante adaptación de Venom (2018) . Dirigida por Josh Boone, Los nuevos mutantes se enmarca dentro de la franquicia de X-Men y está basada en el cómic de la editorial Marvel Comics Los Nuevos Mutantes y más concretamente en el arco de tres números La saga del oso místico de Chris Claremont y Bill Sienkiewicz, donde un grupo jóvenes mutantes adolescentes se enfrentaban a los demonios de una joven nativa americana, de origen cheyenne, en especial a uno aterrador con forma de oso demoníaco que ha asesinado a sus padres, cuyos poderes telepáticos eran capaces de representar los miedos o deseos de sus enemigos. En la película, Boone traslada la acción a un siniestro hospital donde los jóvenes adolescentes son ayudados a controlar sus habilidades por una doctora de misteriosas intenciones, y donde tendrán que enfrentarse a sus propios miedos escenificados por la joven cheyenne.
Mezclando con habilidad los géneros de acción y un buen puñado de tropos de horror, la representación de los miedos y pesadillas, escenario oscuro y claustrofóbico, amenazadoras figuras sin rostro…, Los nuevos mutantes consigue superar los numerosos retrasos en su estreno para apostar acertadamente por una historia alejada de las banales premisas del resto de producciones Marvel. Una parábola sobre los miedos y dolores íntimos propios de la adolescencia representados en algunas de las mayores preocupaciones de la juventud actual como el suicidio, la identidad sexual, el bullying o la autocracia de los adultos, cuyo mayor problema reside en que no termina de profundizar en esos traumas que atormentan a los protagonistas porque nunca olvida que se trata de una película que forma parte del Universo Cinematográfico Marvel. De ahí que su discurso termine siendo superficial y enormemente irregular.
En el plano de la interpretación, Los nuevos mutantes es una película coral, donde destacan las actuaciones de Maisie Williams, Alice Braga o un desaprovechado Charlie Heaton, pero sobre todo Anya Taylor-Joy, excelente en su papel de adolescente que esconde su fragilidad emocional detrás de una apariencia de rebeldía. Y quizás sea esta la condición que mejor define a la película de Josh Boone: ser un trampantojo, la ilusión de algo que se esconde bajo la apariencia de otra cosa. Un drama de despertar sexual adolescente, detrás de una historia de terror, bajo la apariencia de una película de superhéroes. El problema, claro está, es que dentro de ese maremágnum de ilusiones forzadas el espectador no sabe a qué atenerse, porque no está ante el típico blockbuster de Marvel Entertainment, ni tampoco ante un film de terror ciento por ciento, y desde luego, no es el drama indie habitual de Josh Boone, pero tiene mucho de todas ellas.
Mientras esperamos a ver qué sucede con Morbius (2021), la otra gran apuesta de Marvel que conjugará el universo de los superhéroes con el terror, Los nuevos mutantes funciona como una rareza que explora otros recursos distintos de los patrones del cine de superhéroes para profundizar en historias más personales, donde los protagonistas son los alter egos humanos, sus debilidades y sus traumas, y no la exuberancia de destrucción y efectos especiales que les rodea. Más allá de esta reflexión, se trata de una película inevitablemente fallida, precisamente porque no termina de encontrar su identidad y naufraga entre todas sus propuestas, por muy interesantes que parezcan.