Título original: Host (UK, 2020) Color, 57 mins.
Director: Rob Savage
Reparto: Hayley Bishop, Jemma Moore, Emma Louise Webb, Radina Dandrova
El director británico Rob Savage co-escribe y dirige este sorprendente thriller sobrenatural, rodado enteramente durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19 en el Reino Unido y usando las pantallas de un software de videoconferencias como vehículo visual, de una historia sobre un grupo de amigas que deciden hacer una sesión de espiritismo online, mientras se encuentran confinadas en sus domicilios. Y, cómo no podía ser de otra forma en cualquier película de horror que se precie, lo que empieza como un simple pasatiempo, termina siendo una pesadilla cuando las chicas comienzan a experimentar fenómenos extraños, que las lleva a pensar que quizás liberaron algo peligroso y siniestro durante la sesión.
Que la simplicidad de la idea y de la grabación es el mayor acierto de Host no es una sorpresa. Aunque la película de Rob Savage no es la primera en utilizar el recurso de las pantallas de ordenador y los distintos programas de videochat, como artificio para contar una historia terrorífica. Otros filmes como Eliminado (2014) , la española Open Windows (2014) de Nacho Vigalondo, o Searching… (2018) , también recurrían al mismo truco para generar esa sensación de realismo tan efectiva. Pero, si a esto le añades que la película se rodó enteramente desde las casas de las actrices y sin que éstas y el equipo técnico tuviesen ningún tipo de contacto, Host resulta un proyecto más que interesante tanto por la efectividad de su premisa narrativa como por su ingenio.
Básicamente, Host cuenta con un reparto de cinco actrices casi desconocidas, que se interpretan a sí mismas y que, en una duración inferior a sesenta minutos (la duración exacta de una llamada gratuita del software que usan), se las apañan para sorprendernos, especialmente, Emma Louise Webb, quien soporta la parte más terrorífica de la película, y Jemma moore, a quien hemos visto con anterioridad en la desastrosa Doom: Aniquilación (2019) crítica. Y, sobre todo, para aterrorizarnos, porque todas ellas tienen la naturalidad suficiente como para que los espectadores sientan que su miedo es real, como si simplemente se hubiesen colado de improviso en su videoconferencia, sintiéndose parte de la llamada, en vez de estar sentados en la sala de un cine.
Con tres nominaciones a los Premios de Cine Independiente Británicos o BIFA 2020, lo que hace de Host una película superior a la mayoría de fuentes de las que bebe, es su montaje tan especial y dinámico, donde la acción transcurre en tiempo real sin cortes y se desarrolla al unísono en cada escenario individual de las protagonistas, pero siempre encastrada en el universo del formato del popular software de videoconferencia que usan. Host respeta la convenciones del género de horror, plantea lugares comunes que todos conocemos de memoria, y al mismo tiempo introduce algunos nuevos, como los filtros fotográficos tan familiares para cualquiera que tenga un teléfono móvil de última generación, adecuando magistralmente el formato a la historia.
Quizás el mayor defecto de Host sea la ausencia de profundización. La motivación de realizar una sesión de espiritismo online, más allá del puro divertimento, así como la seriedad con que se la toma el personaje de Hayley Bishop, son inexistentes. De igual manera, más allá de lo concerniente a las cuatro protagonistas, todo se siente añadido y superfluo, como el innecesario jump-scare con el que cierra la película. En cualquier caso, su brevedad, su concisión y, sobre todo, su ritmo acelerado, que no decae en ningún momento, hacen olvidar rápidamente cualquier defecto que tenga. Definitivamente, una de las películas más acertadas de 2020.