Título original: Monsters of Man (AUS, 2020) Color, 131 mins.
Director: Mark Toia
Reparto: Neal McDonough, Brett Tutor, Jose Rosete, Jessica Blackmore
Retomando la idea principal de 2001: una odisea del espacio (1968) , que gira en torno al despertar del cerebro cibernético, y las premisas habituales de la obra de Isaac Asimov donde los robots conviven con los seres humanos y los conflictos que ello genera, el director y guionista Mark Toia estrena este thriller de alta tecnología sobre un grupo de robots autónomos que se escapan al control de sus programadores mientras realizan una misión de prueba en un poblado de narcotraficantes de la jungla camboyana y terminan dando caza a todo bicho viviente, incluyendo una expedición de médicos sin fronteras.
Con un argumento muy similar a Comando Kill (2016) crítica de Steven Gomez y algunas ideas vampirizadas de Yo, robot (2004) de Alex Proyas y del universo de Neil Blomkamp, Mark Toia construye una película de bajo presupuesto, pensada como una simple evasión mental, tan oscura y premonitoria como escasa de originalidad, que funciona de manera intermitente, aunque cuando lo hace resulta sorprendentemente impresionante.
Monsters of Man cuenta con buenas ideas pero podríamos decir que mal ejecutadas. Empezando por el rutinario guión, que carece de emoción y abusa de manera desordenada y torpe de las mismas escenas de persecución, como si se limitase a ensamblar los convencionalismos de otras tantas producciones de robots asesinos y persecuciones en la jungla. Las interpretaciones, además resultan tan mecánicas como la trama o el ritmo.
Sin embargo, Mark Toia, en su debut como director para la gran pantalla, consigue crear un escenario creíble, sobre todo en torno al diseño de producción, y un trabajo asombroso a la hora de integrar los llamativos efectos especiales supervisados por Raoul Teague. Aunque es cierto que los robots nunca parecen tener la fuerza y el peso que deberían en la historia y resulten, de alguna manera, unos villanos aburridos. Toia aún se las apaña para filmar una escena donde el robot desbocado disecciona a un aldeano que no dejará descontentos a los aficionados a la truculencia y que evidencia lo que podría haber sido esta película si su director se hubiese centrado más en los aspectos terroríficos de la historia que en la simple acción descerebrada.
En resumen, aunque Monsters of Man no es una película redonda, ni mucho menos, sí que se puede calificar como una experiencia mayormente entretenida. Si dejamos a un lado su argumento simplista y decepcionante, una vez que se pone en marcha resulta funcional, está hábilmente rodada, los robots son convincentes y tiene un par de escenas realmente espeluznantes. Y todo ello con un presupuesto de apenas 1,6 millones de dólares, financiado a través del micromecenazgo o crowdfunding. En mi opinión, la película de Toia cumple con creces su propósito, aunque se le puede reprochar que no se atreva a explorar realmente la trama hasta las últimas consecuencias y que se quede tan solo en una película de acción.