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Imagen por cortesía de © Universal Pictures | Universal Pictures Spain

#CriticadeMiedo

Black Phone

Esta adaptación de un relato corto de Joe Hill, ambientada en una década de los 70 de film granuloso y desvaída gama cromática, está dirigida de manera eficaz por Scott Derrickson, quien mezcla lo sobrenatural con los terrores más mundanos, aunque no por ello menos inquietantes, en un escalofriante e intenso thriller de suspense que funciona en buena medida gracias a la excelente interpretación de Ethan Hawke. Aunque, curiosamente, el mejor tercio de la película se desarrolle cuando estamos encerrados en el sótano con los fantasmas y el teléfono negro que da nombre al título.

Título original: The Black Phone (USA, 2021) Color, 103 mins.
Director: Scott Derrickson
Reparto: Ethan Hawke, Mason Thames, Madeleine McGraw, Jeremy Davies

★★✰✰


El tercer largometraje basado en la obra del autor de terror Joe Hill es, en realidad, una ampliación de un relato incluido en el libro 20th Century Ghosts: una colección de cuentos cortos escritos por el autor y publicada en 2005, inédita en nuestro país. Escrito y dirigido por Scott Derrickson, Black Phone se enmarca dentro de la actual moda de rodar películas de terror donde la nostalgia y lo retro confluyen para dibujar escenarios comunes a priori más edulcorados y nostálgicos, por aquello de que la memoria de tiempos pasados siempre suaviza aristas, pero no menos terroríficos.

Resulta curioso que el regreso de Scott Derrickson al género que le dio la popularidad, haya venido después de que ciertas diferencias creativas le apartasen de la dirección de Doctor Strange en el multiverso de la locura (2022) completada finalmente por Sam Raimi y que haya retomado para hacerlo su relación con Blumhouse, 10 años después del estreno de Sinister (2012) , su película más completa. Quizás sea por esto que Derrickson retome el omnipresente discurso sobre la lucha entre el bien y el mal que persiste en sus películas y lo haga volcándose en los recuerdos de infancia de una época, inmersa en una atmósfera miedo y angustia colectiva, coincidente con los desmanes del asesino en serie estadounidense John Wayne Gacy quien asesinaba adolescentes y cuyos cuerpos enterraba en el sótano de su casa.

Black Phone es un escalofriante e intenso thriller de suspense, que atrapa desde el primer momento, donde se sienten ramalazos propios de Stephen King, no en vano Joe Hill es su vástago y las reminiscencias de It (2017) (la infancia depredada, los globos como símbolos de las víctimas) y de El resplandor (1980) (el debate entre lo sobrenatural y el terror mundano del hombre del saco, el poder psíquico infantil) son más que evidentes. Cuya trama gira en torno a una pareja de hermanos que viven bajo la tiranía de un padre abusivo y que tendrán que enfrentarse a algo mucho más terrorífico que el maltrato doméstico o el acoso escolar que sufre el hermano mayor (Mason Thames), cuando éste es raptado por un secuestrador en serie de niños (Ethan Hawke) que se oculta tras una máscara sonriente y un cinturón de cuero.

En Black Phone, al igual que le sucedió en la sorprendente El exorcismo de Emily Rose (2005) , Scott Derrickson no termina de decidirse entre contar la historia de una manera realista y sin excesivas concesiones a la truculencia o, por el contrario, entregarse al aspecto sobrenatural y fantasmagórico de la misma. Quizás, atraído más por el mundanal horror de una época donde la infancia estuvo más desprotegida que nunca, es por ello que Derrickson acentúe la historia con una puesta en escena texturizada, de grano grueso, y empalidecida gama cromática, donde la visualización estética del director de fotografía Brett Jutkiewicz (Noche de bodas, 2019 crítica) demuestra una interesante intuición para la imagen perturbadora (los planos cerrados sobre Ethan Hawke, la asfixiante atmósfera del sótano). Es en esta parte, también, donde se notan mejor las estupendas interpretaciones de Mason Thames y, en especial, de Hawke. Icónico, con el rostro oculto la mayor parte del tiempo bajo la amenazadora máscara, que le obliga a interpretar con la voz y la expresión corporal.

Aunque, curiosamente, el mejor tercio de la película sea cuando permanezcamos encerrados en ese sótano que exuda muerte desde cada sombra y donde la adecuada utilización de un red herring, casi hitchcockniano, que gira en torno al teléfono negro que da nombre al título, sirve para introducir un toque de ultratumba en una historia que había tomado una deriva ineludible hacia los tropos del thriller psicológico. No en vano, la presencia de ese teléfono sin línea, colgado en medio de una pared desnuda, se vuelve con el paso del metraje más ominosa cuando permanece en silencio que cuando suena invocando fantasmas de infantes previamente asesinados. Planteada, entonces, como un juego del gato y el ratón (memorable es la escena en la que Ethan Hawke, aparentemente dormido en una silla y empuñando un recio cinturón, desafía a Thames a pasar a su lado para alcanzar la libertad) es un ejemplo aceptable de film de suspense pero cuando comienzan a aparecer los primeros flecos sobrenaturales sorprende para mejor la habilidad de Derrickson a la hora de enlazar los distintos hilos fantástico-realistas de la trama.

En definitiva, Black Phone es una inesperada combinación de thriller de suspense psicológico y film de terror sobrenatural, que no decepciona en ambos casos. Cuyas mayores virtudes son tomarse su tiempo para ir construyendo la tensión, ser comedida en las truculencias y resultar tan efectiva como los escalofríos incitados por la interpretación de Ethan Hawke.




terrorbit
terrorbit
Escritor y amante de cine de terror. Superfan de las películas de zombies, cuantos más zombies, mejor. Desde mis ojos, cuatro décadas viendo cine de terror os contemplan.