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#CriticadeMiedo

Oso vicioso

Una de las muchas imitaciones de la fórmula de Tiburón pero en clave de comedia, tratándose en este caso de un oso negro enloquecido por ingerir cocaína. Uno de los films dirigidos por la también actriz Elizabeth Banks que rinde homenaje a las películas de terror animal de la década de los 80, manteniendo el interés a golpe de muertes grotescas y personajes exagerados, pero poco más. Como su título anticipa, lo que ves es lo que hay.

Título original: Cocaine Bear (USA, 2023) Color, 95 mins.
Director: Elizabeth Banks
Reparto: Keri Russell, O’Shea Jackson Jr., Christian Convery, Ray Liotta

★✰✰✰ Cocaine Bear (2023) on IMDb


La fórmula del terror animal y en particular de los osos asesinos, que se popularizó en 1976 con la película Grizzly , del finado William Girdler, que introdujo a un gigantesco oso Grizzly superviviente de remotas eras sembrando el terror entre los cazadores de un parque forestal, da un sorprendente giro de vuelta introduciendo elementos de comedia negra y un declarado amor por la serie B ochentera, gracias a la actriz y directora Elizabeth Banks y al guionista Jimmy Warden.

A partir de un hecho real y a medio camino entre el slapstick o comedia física y el cine gore, Oso vicioso, en muchos aspectos evoca a Mandíbulas (1999) de Steve Miner, otra película de terror animal que transcurría en la naturaleza y utilizaba abundantes dosis de humor socarrón e irónico, pero con menos escenas de gore explícito. Oso vicioso narra la historia de un oso negro que ingiere por accidente parte del cargamento de cocaína que un narcotraficante deja caer en un parque forestal de los Apalaches, convirtiéndose inmediatamente en una máquina de matar imparable en su búsqueda de más polvo blanco. A partir de este momento, guardabosques, agentes de policía y narcotraficantes se convertirán en carne de cañón para los excesos sangrientos del enviciado depredador del título, en una carrera para recuperar las bolsas de droga. Mientras tanto, una madre suburbial (Keri Russell) busca desesperadamente a su hija (Brooklynn Prince), desaparecida después de un ataque del oso asesino.

Con un reparto plagado de muchos rostros conocidos, sobre todo de la pantalla pequeña, como Keri Russell, Matthew Rhys, Margo Martindale, Jesse Tyler Ferguson y, sobre todo, Ray Liotta, en uno de sus últimos papeles antes de fallecer y a quien está dedicada la película, Oso vicioso es un splastick desenfadado, antes que nada, que no se toma en serio a sí misma. Sin muchas más pretensiones que rodar, de la manera más truculenta posible, la delirante historia de un oso puesto de coca hasta las orejas. El título original no puede ser más explícito, ni más esclarecedor de lo que podría esperarse de la película. Lo que ves es lo que hay. Oso vicioso está repleto de secuencias surrealistas (el oso inhalando cocaína de una pierna que acaba de cortar) y personajes exagerados (sin mucho trasfondo o profundidad, pues el ritmo de dibujo animado acelerado no da para muchas historias), y sobre todo de escenas escabrosas de gore explícito, en las que veremos desmembramientos varios, maquillajes protésicos y todo un recital de escenas CGI razonablemente buenas del oso completamente intoxicado, diseñadas por la empresa neozelandesa Weta FX.

El mayor problema de Oso vicioso radica en el flojo guion de Jimmy Warden, su segundo libreto después de la también floja The Babysitter: Killer Queen (2020) . Una vez que se establece un suspense medianamente atractivo durante los dos primeros tercios, la parte que coincide con el tono de explotación e incluso con cierta denuncia sobre la ignorancia del humano común respecto a la naturaleza salvaje (en este caso, del oso negro, lo cual implica que se convierta en su víctima), el ritmo decae considerablemente para avanzar a trompicones por una acción que empieza a alargarse y unos giros cada vez más aburridos y sin mucha originalidad. Para colmo, la puesta en escena propuesta por Banks no resulta ni tan divertida, ni tan terrorífica, como una trama tan imposiblemente disparatada pudiera requerir. Con excepción quizás de la secuencia de la ambulancia y su posterior persecución por el oso cocainómano, la cual ofrece las mejores escenas de la película a ritmo de la pegadiza «Just Can’t Get Enough» de Depeche Mode.

En conclusión, Oso vicioso, más allá de ser una broma retorcida sobre un oso enloquecido por tragar cocaína, no tiene la suficiente profundidad como para elevarse por encima de un puñado de escenas de casquería, ni el tono gamberro irreverente necesario para sacar su premisa argumental, por lo que resulta terriblemente irregular. No obstante, si lo que buscas es pasar un rato de divertimento bobo y sin muchos miramientos (ojo que, por ejemplo, además del reprochable humor sobre un oso intoxicado, tenemos una escena de dos niños desafiándose a consumir cocaína) esta es tu película.




terrorbit
terrorbit
Escritor y amante de cine de terror. Superfan de las películas de zombies, cuantos más zombies, mejor. Desde mis ojos, cuatro décadas viendo cine de terror os contemplan.