Compositor: Brooke Blair & Will Blair
Discográfica: Netflix Studios, LLC ©2018
Duración: 32 canciones, 64 mins.
Noche de lobos es un thriller terrorífico ambientado en los desiertos helados de Alaska e inspirada en una novela del mismo nombre de William Giraldi y cuya partitura está creada por los hermanos Brooke y Will Blair, los compositores habituales del realizador Jeremy Saulnier.
Los hermanos Blair tienen ese halo denso y opresivo que evocan las nihilistas historias de Saulnier. Acostumbrados a los sonidos electrónicos minimalistas y conmovedores, componen una partitura llena de capas, con numerosas tonalidades de cuerdas – esos torturados violonchelos se impregnan en nuestros oídos como el ulular de una sirena de policía y ayudan a recrear el estado de ánimo apremiante y sofocante necesario para una historia que habla sobre desapariciones infantiles y la dura soledad de los paisajes del estado norteamericano más al norte.
A medida que avanzan la partitura y la historia, el tono se oscurece y bordea el horror. Resulta enormemente atractivo que no haya melodías en esta banda sonora, no hay calidez, no podía ser de otra manera en un entorno como el de Alaska. Predominan los tonos ominosos, compuestos a partir de instrumentos electrónicos pero también de efectos de sonido, y a menudo se acumulan para igualar el aumento del suspense que aparece en pantalla. También contiene notas vocales, pero son meros gruñidos y oscuros cánticos tribales que hacen que la partitura se sienta más visceral, más cercana a los lobos del título español.
Decididamente, la banda sonora de Noche de lobos no es para el gusto de todo el mundo, especialmente para los amantes de las melodías limpias y cálidas. Es una partitura gélida e incómoda que remueve las tripas y hace que desees que termine cuanto antes, exactamente como la historia que cuenta la película.