Título original: Body Cam (USA, 2020) Color, 96 mins.
Director: Malik Vitthal
Reparto: Mary J. Blige, Nat Wolff, David Zayas, Anika Noni Rose
Efectista thriller de venganzas sobrenaturales con abundantes elementos de denuncia social sobre una patrullera de policía de Louisiana, protagonizada por una sorprendente Mary J. Blige, y su compañero novato que investigan el caso de un policía asesinado en circunstancias inexplicables, que parecen indicar que la causa del fallecimiento tiene connotaciones sobrenaturales.
Dirigida por Malik Vitthal y estrenada en el mercado del vídeo bajo demanda, Cámara policial se mueve con presteza entre los tópicos del género y saca adelante un hábil híbrido entre terror y conciencia social que toca de lleno uno de los males endémicos más extendidos de los Estados Unidos: la violencia racista a manos de agentes de la ley. La película, de hecho, comienza con una trágica noticia de violencia policial en la que la víctima es un afroamericano que establece el tono del resto de la trama. Después de esto, Malik Vitthal retuerce la premisa y plantea una historia en la que las víctimas son policías de color en vez de ciudadanos, en un intrigante, aunque no exactamente original, rompecabezas terrorífico.
Sorprende, sin embargo, que Vitthal un realizador galardonado con un Sundance Audience Award en 2015, dibuje una historia tan rutinaria e increíblemente poco inspirada, cuyo argumento es cualquier cosa menos sutil. Desde el principio, tenemos a una pareja de policías interracial, un caso de violencia policial y una misteriosa figura que parece tener poderes paranormales. Y esa especie de axioma común en el género terrorífico de venganzas, ya sean humanas o sobrenaturales, que dice: si te hicieron mal, mata a todo bicho viviente que tenga alguna relación, por insustancial que parezca.
Aunque es cierto que mantiene al público interesado, el guión de Nicholas McCarthy, guionista de The Prodigy (2019) crítica, y Richmond Riedel resulta muy pobre, con tendencia a abrir subtramas que quedan sin cerrar o que Vitthal abandona sin mayores contemplaciones. Una detective de policía que solo aparece para insertar otro estereotipo más, las pesadillas de la protagonista que solo aportan la cuota de sobresaltos o jump scares, o incluso la explicación sobrenatural que resulta burdamente esbozada y poco plausible.
En resumen, Cámara policial es un efectista thriller sin pretensiones, cuyo cruce entre película de terror y denuncia social resulta altamente atractivo al principio, pero se va diluyendo inexorablemente a medida que avanza hacia el desenlace. Un desenlace, por cierto, que resulta absolutamente decepcionante; por no hablar de que, si no fuera por el elemento sobrenatural, casi sería un calco del de Black and Blue (2019) , otro film sobre policías corruptos dirigido por Deon Taylor.