Título original: Tribal: Get Out Alive (UK, 2020) Color, 86 mins.
Director: Matt Routledge
Reparto: Zara Phythian, Ross O’Hennessy, Thomas Dodd, Valerie Thomas
Las fusiones entre géneros en el cine no son una novedad. La acción y el horror han ido de la mano desde que ambos géneros se consolidaron como tales y desde que los cineastas se olvidaron del cine como arte y se centraron en el objetivo último de entretener. De crear una dinámica sucesión de situaciones que atrapan la atención del espectador y no la sueltan hasta que aparecen los créditos finales, donde la acción se convierte en el eje de todo el metraje.
Con la memoria puesta sobre películas como Redada asesina (2011) de Gareth Evans o la francesa La horda (2009) , el realizador Matt Routledge, un experto en la producción de vídeos de artes marciales, se estrena en la dirección de largometrajes con esta historia sobre un grupo de trabajadores de una empresa de alguaciles privados, especializada en el desalojo rápido de desahucios, que se enfrenta a una violenta banda de inquilinos ilegales, que se hacen llamar a sí mismos ‟La Tribuˮ, atrincherados en una apartada granja de la campiña inglesa.
Protagonizada por Zara Phythian, una estrella menor de las artes marciales a quien los aficionados recordarán por su presencia en The Hike (2011) de Rupert Bryan, y Ross O’Hennessy, también experimentado en cintas donde la presencia de los mamporros y de la hemoglobina se hacen obligadas y constantes, Tribal: Get Out Alive es un enloquecidísimo y violento híbrido, de tintes tremendistas y una innegable fealdad visual, a pesar de su más que evidente tratamiento visual cercano a la estética de cómic y alguna que otra reminiscencia clásica como ese suero teñido de verde fluorescente, muy a lo Re-animator (1985) . Cuyo escaso interés artístico se ve contradicho en parte por la labor de coreografía de las peleas cuerpo a cuerpo y poco más.
Tribal: Get Out Alive es, sin lugar a dudas, una fallida película de acción terrorífica que buscaba satisfacer al amante de emociones exprés con escenas delirantes de violencia gratuita y una trama sin demasiadas complejidades, cuyo resultado final resulta por lo demás bastante burdo.