Título original: Monster Hunter (GER/CHN/CAN/JAP/USA, 2020) Color, 103 mins.
Director: Paul W.S. Anderson
Reparto: Milla Jovovich, Tony Jaa, Ron Perlman, Meagan Good
La esperada adaptación del popular videojuego de Capcom efectuada por Paul W.S. Anderson dentro de una estética muy cercana a algunos momentos de Piratas del Caribe: En el fin del mundo (2007) e interesante eclecticismo visual, con un excelente diseño de producción de Edward Thomas, que apuesta por una práctica hiperbólica de la acción y por sustraer la premisa central de Pitch Black (2000) de David Twohy.
Los miembros de una unidad de rescate de la ONU que buscan un convoy militar desaparecido, se topan con una extraña tormenta eléctrica en el desierto que les arrastra hacia otra dimensión donde tendrán que enfrentarse con criaturas monstruosas de diferente empaque; pero en especial, una gigantesca criatura que vive bajo la arena del desierto y unas venenosas criaturas arácnidas, ocultas en las profundidades del extraño mundo, antes de poder encontrar el camino de regreso a casa.
Tras concluir la trilogía que dio lugar a la saga Resident Evil (2002) , también inspirada en otro exitoso videojuego de Capcom, Paul W.S. Anderson regresa con otra colaboración junto a su esposa, la actriz Milla Jovovich, recurriendo a la reunión de dos temas fantásticos explotados hasta la saciedad, incluso por él mismo: el mundo paralelo lleno de criaturas monstruosas y la lucha por la supervivencia en un entorno hostil. Realizada con su habitual manierismo y una extraordinaria simplicidad argumental, pero con la suficiente corrección como para que pueda seguirse la trama plácidamente y sin aburrimientos.
Protagonizada por dos característicos del arquetipo de héroes resilientes, como Milla Jovovich y Tony Jaa, el mayor acierto de Monster Hunter es huir de la sobreexposición dramática de sus personajes y permitirles hacer lo que mejor saben hacer: los malabarismos acrobáticos de las escenas de acción. De hecho, cuando se esfuerzan en las partes más dramáticas, como esa absurda canción motivadora que entonada con la áspera voz de Jovovich chirría en los oídos como una motosierra, es cuando todo el conjunto pierde interés y resulta casi autoparódico.
Monster Hunter se mueve fundamentalmente entre los parámetros del cine de acción y aventuras de serie B, basado en la presentación de universos y criaturas fantásticas sin parafernalias pretenciosas, pero durante la primera mitad de su metraje coquetea y, de qué manera, con los tropos del cine de criaturas terroríficas. Las reminiscencias de Aliens, el regreso (1986) , otra producción con marines atrapados en los laberínticos recovecos de una colonia de escalofriantes criaturas, y más aún, de la mencionada Pitch Black, aquí incluso las criaturas también son una especie de arácnidos fotofóbicos, son evidentes. Lástima que Anderson sólo les dedique la primera parte de la película y pronto los espectadores se vean despojados de poder disfrutar de ese universo subterráneo de pesadilla y sus letales moradores, para dejar paso a un segundo acto amodorrado, redundante y sin imaginación.
Con todo, nada en Monster Hunter resulta especialmente reseñable. Ninguna puesta en escena particularmente extraordinaria, ninguna situación verdaderamente terrorífica, ningún monstruo fuera de lo nunca visto. Es, simplemente, un excelente exponente del cine de entretenimiento sin complejos y de consumo rápido, que alguien vino a calificar como «conscientemente banal» para tardes de domingo palomitero, al que evidentemente le falta sangre y le sobra esperpento.