Título original: The Offering (USA/UK/BUL, 2023) Color, 93 mins.
Director: Oliver Park
Reparto: Nick Blood, Emily Wiseman, Paul Kaye, Allan Corduner
Cuando pensamos en el subgénero de terror religioso es muy habitual centrar nuestra atención, sobre todo, en la religión católica y en El Exorcista (1973) de William Friedkin y todas sus imitaciones posteriores. Pero, en los últimos diez años algunas producciones se han atrevido a dar un giro de tuerca a esta tradición y han utilizado como trasfondo terrorífico la fe judía más o menos ortodoxa. The Possession (El origen del mal) (2012) de Ole Bornedal y The Vigil (2019) , ópera prima de Keith Thomas son algunos de los ejemplos más relevantes.
La también opera prima del realizador inglés Oliver Park, The Offering, parte de una de las premisas más viejas del universo fantaterrorífico: la víctima desamparada, aterrorizada por un demonio. La gran diferencia estriba en que en este caso la trama se encuentra enmarcada dentro de un entorno jasídico, con su terminología exótica y sus rituales cabalísticos, lo cual constituye un atractivo fascinante que se agradece por cuanto las producciones de terror inspiradas en la religión abrahámica original son bastante escasas.
La historia de The Offering gira en torno a un hombre (Nick Blood) que regresa a su hogar natal en Brooklyn, junto a su embarazada esposa (Emily Wiseman), tras permanecer un largo periodo de tiempo distanciado de su padre (Allan Corduner), aparentemente causado porque la esposa es una shiksa (palabra de origen yiddish que significa «mujer gentil» o «no judía»). Cuando el hombre decide ayudar a su padre en la funeraria familiar y hacerse cargo del embalsamamiento de un vecino recién fallecido, libera sin querer a Abyzou, un antiguo demonio sumerio que se apodera de las almas de los niños y que ahora tiene la mirada puesta en su esposa embarazada.
The Offering no ofrece mucho en cuanto a originalidad en su guión. Muchos de sus elementos narrativos ya los hemos visto en decenas de películas anteriores, empezando por El exorcista: el demonio sumerio, los fenómenos paranormales inexplicables que aterrorizan el hogar, los rituales religiosos. De hecho, sus paralelismos con The Vigil rozan casi la copia. Pero, qué duda cabe, de que la mezcla de religión judía y terror que propone y su tenebrosa ambientación en una funeraria judía ortodoxa resultan muy apetecibles.
Una mezcla, decíamos, que por otro lado huele a terror clásico, como los de antes. Un terror que se distancia del post horror o terror elevado tan habitual en los últimos años. En primer lugar porque carece de toda pretenciosidad y, en segundo, porque los escenarios que visita están extraídos del manual de cine de terror religioso de toda la vida. The Offering no propone nada nuevo, ni tampoco pretende sorprender a los espectadores con ideas frescas o conceptos revolucionarios, resulta más bien un viaje a través de un buen puñado de sustos y escenas inquietantes, bien dosificados y dotados de un académico efectismo.
El mayor problema de The Offering reside en que parece quedarse a medio camino de todo. A medio camino narrativamente hablando, con una historia que podría haber dado mucho más juego a las costumbres religiosas judías en torno a la muerte; o al desarrollo de sus protagonistas, con ese hijo que quiere tener una vida lejos del asfixiante mundo ultraortodoxo, huyendo de casa y casándose con una gentil, para luego tener que regresar porque su fracaso como agente inmobiliario no le da para mantener a su futura familia. La esposa no judía, embarazada y con la ansiedad de ser rechazada el conservadurismo religioso de su suegro. El desconfiado y prejuicioso ayudante de la funeraria (Paul Kaye) quien sospecha que el hijo oculta secretas intenciones con respecto al negocio de su padre. Todos ellos personajes plagados de conflictos internos que se resuelven de manera vaga o pasando de puntillas sobre ellos.
Y es que todas estas subtramas mundanas se olvidan rápidamente una vez que la segunda mitad del guión de Hank Hoffman se convierte en una trepidante acumulación de sobresaltos y efectos especiales, que tristemente no resultan suficientes para que la película resulte verdaderamente terrorífica. Sino, más bien, tirando a resultona. Es cierto, sin embargo, que el misterio de la historia funciona cuando nos encontramos entre los recovecos y las sombras de la vieja funeraria judía. Este entorno proporciona la atmósfera oscura y asfixiante necesaria para desarrollar una buena y espeluznante historia de terror y las lentes panorámicas empleadas por Lorenzo Senatore sacan todo el partido a un interior impresionantemente gótico y sombrío. Otro punto fuerte es el demoledor final, sin concesiones al sentimentalismo, donde la realidad se torna en pesadilla, cobrando un tono desesperado muy de agradecer.
The Offering es, en definitiva, un thriller sobrenatural regular, de trama bastante rutinaria y escasa de ideas originales, pero que sustituye el misticismo católico genérico habitual por una visión judía de los demonios y las maldiciones y sabe exprimir al máximo los recursos que están a su mano. Lo cual la convierte en una película de terror más satisfactoria de lo que se podría esperar en un principio.