#CriticadeMiedo

Five Nights at Freddy’s

Esperadísima adaptación a la pantalla grande de uno de los videojuegos más populares de la última década cuya trama giraba en torno a una pizzería poblada de mascotas animatrónicas que cobran vida. Más bobalicona que terrorífica, ofrece la mayoría de sustos adecuados para convertirse en un terror preadolescente aburrido y predecible. Lo sorprendente es que se ha convertido en el estreno de terror más taquillero de todos los tiempos en nuestro país.

Título original: Five Nights at Freddy’s (USA, 2023) Color, 109 mins.
Director: Emma Tammi
Reparto: Josh Hutcherson, Elizabeth Lail, Piper Rubio, Mary Stuart Masterson

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La fascinación de las películas de los ochenta por los robots y el despertar de seres artificiales, donde máquinas y muñecos se volvían seres sensibles, ya fuera por el azar del destino o por errores humanos, generó numerosas producciones exitosas que han mantenido su popularidad a lo largo del tiempo. Ejemplos notables como Terminator (1984) de James Cameron y Muñeco diabólico (1988) de Tom Holland exploraban la posibilidad de que estos seres artificiales cobrasen vida propia y se volviesen susceptibles de hacer el bien o el mal, rebelándose contra sus creadores humanos.

Cuando Five Nights at Freddy’s llegó a los estantes de las tiendas de videojuegos, nadie predijo que ese juego en el que se exploraba esa relación tecnofóbica entre el hombre y la máquina, que tanto fascinó a la cultura ochentera, iba a convertirse en un juego de culto y a generar toda una franquicia de videojuegos, libros y mercadotecnia que se prolongaría a lo largo de toda una década. Y todo ello promovido por su capacidad para producir sobresaltos y reacciones de miedo entre los jugadores, quienes se grababan a sí mismos durante sus partidas para después compartir sus vídeos pasando miedo en redes sociales como YouTube.

Creado por Scott Cawthon, Five Nights at Freddy’s era un pastiche de las películas de robots y máquinas animatrónicas de los ochenta que ofecía una simple historia de terror en la que el guardia de seguridad de una pizzeria abandonada tenía que sobrevivir a las mascotas animatrónicas del lugar, que cobraban vida durante las noches y trataban de matarlo. La sencillez de su jugabilidad y su gran adicción hicieron que rápidamente se ganase una gran popularidad y se lanzase su secuela tan solo tres meses después, cuatro más en los siguientes tres años, y así hasta un total de diez entregas hasta 2023. Y no solo esto, sino que también también se expandió en una serie de novelas coescritas por el propio Scott Cawthon y Kira Breed-Wrisley.

Desgraciadamente, la adaptación cinematográfica de Five Nights at Freddy’s no lo tuvo tan sencillo. De hecho, ha pasado por varias fases de producción desde 2015, cuando Warner Bros. Pictures adquirió inicialmente sus derechos. En un principio, el estudio había planeado rodar la película con un guión de Tyler Burton Smith y dirigida por el británico Gil Kenan, director por aquel entonces del remake de Poltergeist . Sin embargo, las desavenencias creativas y los retrasos continuados congelaron el proyecto hasta que Blumhouse Productions sustituyó a Warner y anunció a Chris Columbus como el nuevo director. Finalmente, la neoyorquina Emma Tammi asumió la dirección en detrimento de Columbus y la película iba a ser distribuida por Universal Studios y estrenada simultáneamente en salas de cine y en su plataforma streaming, Peacock.

Five Nights at Freddy’s sigue la línea narrativa del videojuego original y cuenta la historia de Mike (Josh Hutcherson), un hombre aún traumatizado por la desaparición de su hermano menor cuando era adolescente y que tiene que aceptar un trabajo como guarda de seguridad nocturno en una pizzería, cerrada desde la década de los ochenta, para evitar que su tía (Mary Stuart Masterson) le quite la custodia de su actual hermana pequeña. El problema es que la pizzería está habitada por un grupo de mascotas animatrónicas que cobran vida durante las noches con intenciones desconocidas.

Desde un primer momento, el mayor problema al que se enfrentaba Five Nights at Freddy’s era la autoimposición por parte de la productora de mantener la película dentro de las exigencias narrativas y visuales de la clasificación para mayores de 16 años. Esto la sitúa en ese espacio incómodo entre una película para adultos y una para niños y es por ello que algunos diálogos e insinuaciones del guion resultan de naturaleza bastante adulta (el secuestro y asesinato de niños, los animatrónicos asesinos, etc.), pero esencialmente se mantiene ese tono de película familar para adolescentes y preadolescentes (quienes además son el target principal del videojuego original), con momentos y una historia sencilla que estos pueden entender y disfrutar.

En teoría, Five Nights at Freddy’s poseía un sólido concepto narrativo de horror. En este sentido, destaca una película de culto de los ochenta titulada Robots asesinos (1986) de Jim Wynorski, que comparte escenarios similares, como un centro comercial o un restaurante familiar, donde la amenaza proviene de seres artificiales diseñados para servirnos, ya sea en forma de mascotas animatrónicas o robots de seguridad, que cobran vida para matarnos. También, la reciente Willy’s Wonderland (2021) de Kevin Lewis, una película con un hilo argumental muy similar al de Five Nights at Freddy’s y que muchos la acusan de ser una mera imitación de la trama del videojuego. Y, por supuesto, The Banana Splits Movie (2019) , otra película sobre muñecos animatrónicos asesinos que reaccionan violentamente cuando descubren la cancelación de su show musical, y que también ha sido acusada de ser un mockbuster.

Por desgracia, ese potencial para el horror nunca se explora del todo. A diferencia de lo que ocurre con las producciones mencionadas, que sí explotaban esa línea terrorífica, da la sensación de que Five Nights at Freddy’s podría extenderse por otros derroteros para ofrecer al espectador momentos terroríficos de mayor calado. Emma Tammi, a pesar de que cuenta con escasa experiencia a sus espaldas, es reconocida entre los aficionados al género por la película de terror El viento (2018) crítica, donde ya demostró su habilidad para jugar con los espacios reducidos y el manejo de los mecanismos del suspense y el horror más explícito. Sin embargo, la directora neoyorquina mantiene el pie en el freno del horror de una manera incomprensible y que casi roza la incoherencia narrativa respecto a la línea de videojuegos.

Toda la tensión y el suspense recreado en torno a las cámaras de vigilancia del restaurante y los jumpscares producidos por las mascotas animatrónicas desaparecen y, para colmo, se infantiliza a estas últimas, hasta casi convertirlas en meros objetos de acompañamiento para los personajes humanos y sus traumas personales. Algo que ni siquiera la aparición de un uber villano en la fase final de la película consigue levantar o producir el más mínimo escalofrío. Cabe destacar, sin embargo, la genial recreación de los animatrónicos del juego de la mano de Jim Henson’s Creature Shop. Una compañía de efectos especiales especializada en la creación de marionetas y personajes animados mecánicamente, afincada en California y que lleva trabajando para la industria desde 1979.

En definitiva, Five Nights at Freddy’s resulta una película de horror genérica, más bobalicona que terrorífica, que ofrece la cantidad de sustos adecuada para convertirse en un terror preadolescente aburrido y predecible. Lo más notable de esta película es que vuelve a ahondar en la brecha entre crítica y público. Five Nights at Freddy’s no ha cosechado buenas críticas, sino más bien todo lo contrario, y aun así, sorprendentemente, se ha convertido en el mayor éxito de Blumhouse y el primero de todos los tiempos en España, con una recaudación de 2.161.667 euros en su primer día en las salas de cine. Un éxito en buena parte, gracias a los seguidores del videojuego, esa cohorte demográfica llamada Generación Z que disfrutaron el juego y que ahora ansían rememorar las incansables horas frente al ordenador. El resto de espectadores haría bien en buscar su diversión en otra película.