Título original: It’s a Wonderful Knife (USA/CAN, 2023) Color, 87 mins.
Director: Tyler MacIntyre
Reparto: Jane Widdop, Jess McLeod, Joel McHale, Justin Long
El cine de terror ambientado en las festividades navideñas tiene una larga tradición, desde que en 1974 el director británico Bob Clark estrenara Navidades negras . En esta ocasión, aprovechando la premisa original del icónico clásico de Frank Capra ¡Qué bello es vivir! (1946) , en el que un hombre al borde del suicidio recupera la alegría de vivir cuando un ángel le muestra cómo sería la vida de su pueblo si él nunca hubiese existido, Michael T. Kennedy, guionista de Este cuerpo me sienta de muerte (2020) crítica, y Tyler MacIntyre, director de Tragedy Girls (2017) , reimaginan la historia de Capra en clave de horror para RLJE Films y el canal especializado Shudder. Y que en España, está incluida en el catálogo de Movistar+.
Qué bello es morir narra la historia de Winnie (Jane Widdop), una joven que, tras enfrentarse a un psicópata enmascarado en Nochebuena y terminar con su vida, llega a desear nunca haber nacido por culpa de las consecuencias. A partir de este momento, su vida da un giro inesperado cuando se encuentra, de repente, en una realidad alterna donde el asesino sigue vivo y nadie parece conocerla. Obligada a detener nuevamente al asesino para regresar a su propia realidad.
La mayor debilidad de la película de Tyler MacIntyre radica en que apenas logra mantenerse a flote con su reinterpretación de la premisa del clásico navideño de los años cuarenta. A pesar de su esfuerzo por profundizar más allá del ingenioso título, termina siendo poco convincente, llenando los acontecimientos con temas e ideas forzadas. Es cierto que tiene algo de potencial con la dinámica de la protagonista cambiada radicalmente tras el impactante prólogo. Encontrando como único aliado a la excluida del instituto, después de que un maravilloso MacGuffin mágico la transporte a una nueva realidad. Sin embargo, en última instancia, es un esfuerzo fallido y su historia resulta más tediosa que entretenida.
El guion de Michael Kennedy busca fusionar algunos conceptos morales, como el poder del miedo y el impacto de las relaciones inesperadas en nuestras vidas, con momentos supuestamente aterradores, propios del slasher, y toques de comedia, siguiendo la estela de películas como Feliz día de tu muerte (2017) de Christopher Landon, o la mencionada Este cuerpo me sienta de muerte. Sin embargo, en ambas películas, la figura del asesino psicópata adquiere una relevancia terrorífica que no se logra alcanzar en la obra de MacIntyre. La representación de un individuo armado con un cuchillo, vestido como un ángel de árbol de Navidad, resulta poco impactante en términos de generar miedo. Además, el misterio de la identidad del asesino se resuelve apenas unos minutos después de que comience la película, lo cual obstaculiza la construcción del suspense, elemento fundamental en todo film de terror.
Del mismo modo, las interpretaciones de su reparto resultan sobreactuadas y poco convincentes. Para empezar, el formato requiere una protagonista tipo final girl que Jane Widdop no consigue encarnar de una manera interesante. Interpretando a Winnie más como una cursi y desenfrenada adolescente que recurre al antiguo cliché de ¡Ojalá nunca hubiera nacido!, en lugar de una esforzada heroína que tiene que enfrentarse hasta en dos ocasiones con el psicópata asesino. Por su parte, Jess McLeod no logra trascender más allá de ser una caricatura exagerada de la juventud queer contemporánea. Así que solo nos queda recurrir a Justin Long, un actor que se ha especializado en papeles de villano en el género de terror, con películas como House of Darkness (2022) y Barbarian (2022) crítica, pero que en esta ocasión aparece más autoparódico que nunca con su bronceado artificial y su sonrisa prostética.
Puede que, inicialmente, Qué bello es morir parta de un concepto ingenioso, pero lo cierto es que la dirección superficial de MacIntyre no logra elevarla por encima de la mediocridad generalizada. El tono de romance queer para la Gen-Z no encaja del todo, y la película resulta extremadamente desigual en cuanto a sus dosis de sangre y comedia. Las risas escasean como comedia, y los sustos son poco memorables como película de terror.
Resulta curioso observar que, a diferencia del filme original de Frank Capra, donde James Stewart descubre la desoladora realidad de la vida sin su existencia en el desenlace de la película, en Qué bello es morir, lo más destacado se concentra en los primeros minutos, cuando el tono de slasher alcanza su punto más álgido antes de desvanecerse gradualmente. Es interesante recordar que la película de Capra, en su momento, fue un fracaso de taquilla, ganando popularidad solo gracias a sus repetidas emisiones televisivas durante las festividades navideñas, convirtiéndose eventualmente en el clásico atemporal que es hoy. Quizás Qué bello es morir aspire a alcanzar un éxito similar, pero desafortunadamente, a pesar de sus honrosos intentos de fusionar el slasher con la comedia de terror navideña, la película de Tyler MacIntyre no logra funcionar como se esperaba.