#CriticadeMiedo

Reposo absoluto

Poco inspirado thriller sobrenatural, sin absolutamente nada nuevo que ofrecer, que solamente se distingue por tratarse de una especie de «Al final de la escalera» sin imaginación, donde otro espectro infantil se aprovecha de los vivos, en una historia de fantasmas estridente y aburrida que da más ruido que miedo. Y a la que no le hubiera venido mal un periodo de “reposo absoluto” antes de ver el interior de una sala de cine.

Título original: Bed Rest (USA/CAN, 2022) Color, 90 mins.
Director: Lori Evans Taylor
Reparto: Melissa Barrera, Guy Burnet, Edie Inksetter, Sebastian Billingsley-Rodriguez

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Tradicionalmente, la maternidad ha sido un tema recurrente y poderoso en el cine de terror, convirtiéndose en una herramienta valiosa para explorar miedos, ansiedades y dilemas emocionales profundos. Esta temática ha sido una rica y compleja fuente de inspiración para narrativas inquietantes. El temor a no poder proteger adecuadamente a un hijo, a perderlo o a que algo malo le suceda, ha resultado un recurso poderoso para generar tensión y angustia. Asimismo, ciertas películas han utilizado la maternidad para explorar temas más oscuros y profundos, como la pérdida, el duelo y la obsesión.

Tal es el caso de Reposo absoluto, una película de fantasmas de corte genérico dirigida por la debutante cineasta neoyorquina Lori Evans Taylor, de ascendencia televisiva y con una amplia trayectoria como productora, y cuya trama gira en torno a una mujer embarazada (Melissa Barrera) y su esposo (Guy Burnett), quienes afrontan juntos una estresante mudanza, hasta que ella debe guardar reposo en cama durante las últimas ocho semanas de su embarazo. Lo peor vendrá cuando su estabilidad mental se vea perturbada por aterradores fenómenos sobrenaturales que la fuercen a enfrentarse a su pasado y a algo mucho más siniestro para protegerse a sí misma y a su futuro hijo.

Reposo absoluto se presenta como una típica película de terror perteneciente al subgénero de casa encantada, cuya base argumental se sustenta en la ansiedad y los miedos de las futuras madres, especialmente en el periodo perinatal. Careciente, sin embargo, de originalidad y emoción, los elementos de misterio resultan torpes y predecibles, incapaces de introducir ningún momento que parezca mínimamente original. La película parece una versión genérica y poco imaginativa de otras obras similares, como Al final de la escalera (1980) de Peter Medak, donde otro fantasma infantil atormenta a los vivos, al menos hasta llegar al supuesto giro final, y, sobre todo, el episodio que Alex de la Iglesia rodase para la antología televisiva Películas para no Dormir, que llevaba por título La Habitación del Niño (2006) , donde otro matrimonio, recién mudado a un caserón sin reformar, tiene que vérselas con fenómenos sobrenaturales que se muestran a través del monitor de vigilancia de la habitación del bebé.

A pesar de su competencia en los aspectos técnicos, Reposo absoluto no logra captar la atención del espectador debido a una trama poco imaginativa, que no aporta absolutamente nada nuevo y además desperdicia sus propias ideas para lograr un enfoque sólido y efectivo. Así, muchos de los acontecimientos en pantalla se convierten en meros pretextos narrativos para introducir la siguiente revelación que conduzca al supuesto desenlace sorpresa. Lo malo es que, cuando aparece el primer cartel que avisa que “faltan 55” días para el final del embarazo, no cuesta mucho adivinar hacia dónde se encamina el argumento. Lo cual no es tan baladí, dado que Lori Evans Taylor, según las últimas noticias, también será la guionista de la próxima entrega de Destino final , a estrenarse durante el 2024.

La actuación de Melissa Barrera, una actriz mexicana reconocida internacionalmente por sus papeles en las últimas entregas de la saga Scream crítica, desganada aunque relativamente correcta, se engloba en el grupo de fotocopias anodinas de una mujer convertida en narradora no fiable para que sirva de víctima propiciatoria de jump scares nada originales, del tipo el gato aparece de repente para bufar a una puerta cerrada. Lo mismo ocurre con el británico Guy Burnet, cuyo personaje carece de profundidad y desarrollo, convirtiéndolo en el estereotipado marido que pasa la mayor parte del tiempo en la inopia, mientras ningunea a su esposa tildándola de histérica.

En general, Reposo absoluto parece apostar por la idea de que más histeria se traduce en una película más aterradora. Sin embargo, en su intento de generar miedo mediante efectos visuales y sonoros exagerados (golpes de música, armarios que crujen, voces susurrantes…) la película se vuelve cada vez más ruidosa y menos memorable. ¿Cuántas veces puede uno padecer el mismo susto del niño siniestro escondido en un armario para que se convierta en aburrido? Para colmo, el transcurrir de la acción es exasperantemente lento, sin que en realidad suceda nada ante nuestros ojos, más allá de ver sufrir a Melissa Barrera contorsionándose de manera casi circense para alcanzar un objeto en el suelo.

En conclusión y tirando de facilón juego de palabras, a este poco inspirado thriller sobrenatural no le hubiera venido mal un largo periodo de “reposo absoluto” antes de ver el interior de una sala de cine.