IV #OctubredeMiedo Terrorbit 2023
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octubre 1, 2023
El exorcista: Creyente (2023)
El exorcista: Creyente (Banda Sonora Original)
octubre 6, 2023

Imagen por cortesía de © Universal Pictures | Universal Pictures Spain

#CriticadeMiedo

El exorcista: Creyente

Moderna secuela de “El exorcista” que, aunque queda lejos de alcanzar el nivel de terror del original de William Friedkin, se encuentra muy por encima de la media de producciones sobre exorcismos. Resulta disfrutable si se la considera más como un homenaje que como una secuela y, lo mejor, es que cuenta con el retorno de la maravillosa Ellen Burstyn. Lo más preocupante es que es solo la primera entrega de una trilogía y su raquítico guion no parece que vaya a dar más de sí, así que parece que tendremos sufrimiento católico para rato.

Título original: The Exorcist: Believer (USA, 2023) Color, 111 mins.
Director: David Gordon Green
Reparto: Leslie Odom Jr., Lidya Jewett, Olivia O’Neill, Ellen Burstyn

★★★✰✰ The Exorcist: Believer (2023) on IMDb


La influencia de “El exorcista”, el icónico thriller de posesión demoníaca dirigido por William Friedkin, que cumple cincuenta años desde su estreno y que cambió la percepción del cine de terror en la cultura general, curiosamente se ha notado para mejor en algunas de sus imitaciones como El exorcismo de Emily Rose (2005) o El último exorcismo (2010) , que en las cinco secuelas directas que surgieron del bestseller de William Peter Blatty, centrado en una preadolescente ruborosa propensa a la blasfemia y la levitación.

Producida por la reconocida Blumhouse y bajo la dirección del cineasta estadounidense David Gordon Green, conocido por su trabajo reciente en la revitalización de la saga “Halloween”, que tuvo resultados mixtos con una película aceptable y dos entregas menos exitosas, la nueva secuela del clásico de 1973 se postula como una sucesora espiritual y directa del filme de Friedkin. Y, aunque no se acerca a los escalofríos del clásico, sigue la misma línea de thriller psicológico sobre las consecuencias que acarrea la pérdida de la fe y esa particular representación de la lucha entre el bien y el mal en el contexto de un exorcismo.

Gordon Green, junto a los guionistas Danny McBride y Peter Sattler, se encargan de dar forma a esta secuela tardía centrada en dos familias de muy diversa índole. Una encabezada por un padre viudo y descreído (Leslie Odom Jr.) y la segunda por un matrimonio creyente, interpretado por Danny McCarthy y Jennifer Nettles, que tienen que enfrentarse a la traumática desaparición de sus dos hijas (Lidya Jewett y Olivia O’Neill). A medida que las niñas reaparecen sin recordar nada de su experiencia, pero exhiben claros signos de haber sido poseídas por una entidad demoníaca, ambas familias confrontarán sus respectivos problemas de fe.

Al igual que con su trilogía sobre “Halloween”, David Gordon Green aborda la modernización de “El exorcista” con fidelidad al material original, pero introduciendo innovaciones para adaptar la trama a los gustos contemporáneos. Es por ello que, aunque hace todas las concesiones necesarias, pronto recurre a los cambios obligatorios en este tipo de empeños. Para empezar, opta por omitir deliberadamente la continuidad narrativa de la saga, descartando los eventos ocurridos en las anteriores secuelas de John Boorman y William Peter Blatty. Una decisión que no convence del todo porque no resulta lo suficientemente respetuosa con la mitología de la saga.

Por otro lado, en El exorcista: Creyente se duplica el número de niñas poseídas, afectadas por el mismo demonio y de manera sincronizada, lo que conduce a la introducción de una familia afroamericana. Este recurso no es novedoso, ya que una de las primeras imitaciones de la obra seminal de Friedkin y, quizás, una de las más extrañas fue Abby (1974) de William Girdler. Girdler, un artesano reconocido por sus producciones de serie B, adaptó la historia al fenómeno del blaxploitation, un movimiento cultural de la década de los setenta que abordaba temas relevantes para la comunidad negra con actores principalmente afroamericanos.

Otro de esos cambios notables radica en apartarse de la fuerte tensión católica que caracterizaba la obra de Friedkin, optando por una especie de pluralismo religioso. El padre de Angela, la adolescente de color poseída, ha perdido la fe tras la muerte de su esposa y recurre a la santería para intentar salvar a su hija. Por otro lado, los padres de Katherine, la segunda niña poseída, al ser practicantes bautistas, buscan ayuda en el pastor de su congregación (Raphael Sbarge). Además, por si esto no fuera suficiente, Gordon Green introduce el rito católico que da título a la película a través de una vecina (Ann Dowd) con vocación católica y entrenamiento como monja. Todos estos elementos convergen en un único exorcismo que transmite un mensaje cuestionable sobre el sincretismo religioso como respuesta a la multiculturalidad actual, y que genera un confuso galimatías de creencias, que entrelazan garabatos místicos pintados en el suelo con tiza y crucifijos ardientes de manera torpe y sin ningún tipo de rigor.

Por todos estos motivos, El exorcista: Creyente deja la sensación de que, en términos argumentales, no se conecta de manera sólida con el original de Friedkin. Aunque se puede decir que cuenta, en un principio, con buenas ideas en el aspecto narrativo, expuestas sobre todo en su primera mitad, estas no se desarrollan adecuadamente, en detrimento de una segunda mitad y un desenlace que buscan principalmente el efectismo forzado. De ahí, por ejemplo, la introducción de una segunda preadolescente poseída y un aumento exponencial de exorcistas, en concordancia con ese superficial mensaje sincretista que pesa sobre el clímax. Respecto a las subtramas abiertas y las incógnitas sin resolver, solo se puede suponer que se abordarán en futuras entregas.

Desde el punto de vista visual, Gordon Green y su director de fotografía Michael Simmonds hacen un trabajo significativo al recrear la cinematografía casi documentalista y los encuadres sin personajes tan característicos del film original. El ejercicio nostálgico de incluir a Ellen Burstyn en el reparto, aunque su participación sabe a poco dada su impresionante presencia en pantalla, junto con los escabrosos maquillajes prostéticos de Lidya Jewett y Olivia O’Neill, esta última con un evidente parecido con la inolvidable Linda Blair que interpretó a Regan, la niña poseída en la película de Friedkin, también contribuyen de manera notable a la ambientación visual de El exorcista: Creyente.

“El exorcista” de William Friedkin fue todo un fenómeno sociológico en su época y supuso un enorme éxito de taquilla, siendo la primera película de terror en recibir una nominación al Oscar a la Mejor Película. Es por ello que se entiende que tratar de recrear todos esos factores medio siglo más tarde no sea una tarea sencilla, considerada además por muchos como innecesaria y condenada al fracaso. Sin embargo, David Gordon Green logra un producto disfrutable, si se le considera más como homenaje que como secuela. El exorcista: Creyente ha sabido encadenar eficazmente situaciones familiares que evocan al clásico, superando la media del subgénero en comparación con exponentes recientes como El exorcista del Papa (2023) crítica de Julius Avery o Reza por el diablo (2022) de Daniel Stamm. Lo malo es que parece que la productora Blumhouse tiene previsto rodar una trilogía y el raquítico guión de Gordon Green no parece tener capacidad para dar más de sí.




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Escritor y amante de cine de terror. Superfan de las películas de zombies, cuantos más zombies, mejor. Desde mis ojos, cuatro décadas viendo cine de terror os contemplan.