Título original: Occhiali Neri (ITA, 2022) Color, 00 mins.
Director: Dario Argento
Reparto: Ilenia Pastorelli, Asia Argento, Andrea Gherpelli, Mario Pirrello
Tras su puesta de largo en el Festival Internacional de Cine de Berlín, el film más reciente de Dario Argento parece querer tratar de sacar del ostracismo en el que había caído el maestro del horror italiano, tras su sonoro fracaso con Dracula 3D (2012) y el descalabro en taquilla de Giallo (2009) , sus dos últimas películas. Para ello recurre a un argumento que nuevamente aplica la fórmula del híbrido de códigos del cine policíaco y el horror, y que se retrotrae a la proposición de un asesino truculento formalmente cercano al de los filmes de su primera etapa y, en especial, a su segunda película El Gato de las nueve colas (1970) , la cual también contaba con un personaje ciego. Pero, eso sí, alejándose de la exuberancia barroca de sus mejores trabajos y creando un producto más sencillo, de presupuesto más modesto y acorde con las exigencias de un mercado contemporáneo dictado al compás de las plataformas de suscripción a la carta y vídeo bajo demanda.
Dark Glasses narra la historia de una prostituta de lujo (Ilenia Pastorelli) que es aterrorizada por un asesino en serie obsesionado con las meretrices romanas y que pierde la vista tras sufrir un violento accidente huyendo del psicópata. Con la ayuda de una instructora social para personas con discapacidad visual (Asia Argento) tendrá que enfrentarse a su nueva vida y al propio asesino que la persigue incansable.
Tras una década sin dirigir, Dario Argento afronta Dark Glasses autoconsciente de que el subgénero del giallo ha perdido su fuerza con respecto al lustro en el que estrenó su famosa Trilogía Animal, quizás por ello recurre a un argumento solo parcialmente desarrollado, de digestión ligera y evidentes altibajos, donde el manejo de la tensión y el erotismo vuelven a hacerse notar, pero sin alcanzar el nivel esperado por los fans del realizador romano y el público en general, como si el afilado colmillo de Argento se hubiera embotado con la edad.
Dark Glasses deviene en un film algo tonto, aquejado curiosamente de la propia nostalgia generada por el fenómeno giallo y la avanzada edad de Argento, quien aunque parece tener aún combustible para dirigir no puede evitar mostrar una cierta decadencia en sus manierismos y su habitual artificiosidad: la música cargada de sintetizadores, el exceso melodramático, las dosis de truculencia; proporcionadas nada menos que por Sergio Stivaletti, otro gran maestro romano responsable de los efectos de varias películas de Argento como Phenomena (1985) , Ópera (1987) o La madre del mal (2007) .
Desgraciadamente, si a todo ello le añades el poco recorrido interpretativo de la actriz principal, al parecer una ex concursante de la edición italiana del reality show Gran Hermano, o que la historia resulta demasiado plana, con poco margen para los imprescindibles giros que mantengan la atención de los espectadores modernos, embrutecidos por la adicción a las emociones instantáneas empaquetadas en sus teléfonos de última generación, Dark Glasses tan solo resulta medianamente soportable.