El año que recién nos dejó ha sido terriblemente bueno para el terror. El género ha significado muchas cosas en 2022, pero sobre todo ha sido una esperanza de futuro después de los reveses económicos producidos por el Covid y, a medida que la taquilla se recupera, ha quedado claro que el horror cinematográfico sigue prosperando como siempre. Ya sea a través de la autorreferencia de franquicias revitalizadas (Scream crítica, La matanza de Texas crítica o Hellraiser ), versiones modernizadas de monstruos clásicos (La invitación ) o nuevas entradas de voces emergentes (Watcher , La niñera ). Incluso la todopoderosa Marvel entró en el juego con una adaptación especial del cómic La maldición del hombre lobo , dirigida por Michael Giacchino.
En un año en el que el debate sobre si el estreno en salas o en streaming es más beneficioso para la industria se ha vuelto más enconado, los aficionados al terror parecen responder asistiendo a ambos con el mismo interés y la misma pasión. Las tendencias se suceden y asistimos a un repunte en el número de mujeres y profesionales no caucásicos detrás de las cámaras o como protagonistas. La diversidad, una vez más, impulsa a nuestro querido género más emparejado que nunca con los tiempos que corren.
Los estudiosos del género suelen afirmar que cuanto peores son los tiempos, mejor es el terror. Pues bien, no ha habido tiempos más difíciles en lo que llevamos de siglo y, tanto como si nos fijamos en los estrenos en salas de cine o en los de las pantallas domésticas, hay mucho que celebrar. Algo que ha hecho extremadamente difícil realizar esta selección y ciertamente doloroso dejar fuera algunas películas realmente geniales, como ¡Nop! de Jordan Peele o Crímenes del futuro de David Cronenberg crítica, y que hemos incluído unánimemente un mención honorífica especial. Así que, sin más dilación entramos en materia y aquí os dejamos las cinco películas más terroríficas de 2022.
El retorno a la gran pantalla de Ti West, uno de los autores más convincentes del terror moderno, supone un notable e inesperado homenaje al género slasher más tradicional, ambientando su historia en la década dorada del género y siguiendo a un grupo de jóvenes que intentan hacerse famosos rodando una película porno en el entorno rural y conservador de Texas, mientras son brutalmente asesinados por sus acciones supuestamente inmorales. X es una brillante combinación del estilo independiente de A24 y del slasher más retro, con una cinematografía absorbente y unos personajes que oscilan entre los arquetipos generales del género y una mayor profundidad emocional. Y cuidado con su reparto femenino en el que destacan Mia Goth, Jenna Ortega y Brittany Snow.
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El debut en el género de terror del guionista y director Zach Cregger parte una premisa relativamente sencilla: una mujer (Georgina Campbell) alquila una casa a través de Airbnb y cuando llega a ella en una noche tormentosa, descubre que se encuentra en el peor barrio de Detroit y, para colmo, ya ha sido alquilada a otro huésped (Bill Skarsgård). A partir de aquí, Barbarian no pierde el tiempo en recrear una claustrofóbica sensación de terror que va en aumento con cada espeluznante revelación y se mantiene hasta que aparecen los créditos. Ésta es una de esas películas que necesitas ver «a ciegas», sin saber nada de su trama, para disfrutarla como es debido. Lo que hace que Barbarian sea tan divertida es su imprevisibilidad; la película cambia radicalmente de tono y estilo, pero manteniendo siempre una atmósfera asfixiante y absolutamente perturbadora.
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Smile, ópera prima del realizador Parker Finn, se convirtió en uno de los mayores sleepers del año, es una pesadilla clásica de maldiciones, en la misma vena que el exitoso clásico La maldición (The grudge) (2002) de Takashi Shimizu o It Follows (2014) de David Robert Mitchell, que partiendo de una sencilla premisa: si ves a alguien suicidarse delante de ti, quedas marcado como el siguiente, sigue los esfuerzos de una psiquiatra (Sosie Bacon) por zafarse de la maldición que le cae encima cuando una de sus pacientes se quita la vida con una cruel sonrisa esbozada en el rostro. Smile es una película que oscila entre el horror elevado y un macabro viaje de emociones de montaña rusa que saca el máximo provecho de su siniestra historia y que asusta de verdad, sin ambigüedades.
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Del galardonado realizador taiwanés Kevin Ko, este thriller sobrenatural es otra de esas producciones de terror asiáticas que te persiguen más allá de los créditos. Maleficio, que sin duda será comparada con elementos del J-horror clásico, como Noroi (2005) de Kôji Shiraishi o la tailandesa The Medium (2021) de Banjong Pisanthanakun crítica, añade su propio sello a la larga tradición de implacables maldiciones ancestrales y al formato del falso documental. Kevin Ko aprovecha al máximo el choque entre tradición y modernidad de las calles de Taiwan, así como entre la creencia y el escepticismo que se refleja en el conflicto emocional de una vlogera (Hsuan-yen Tsai), cuya hija se convierte en víctima de una maldición, cuando la periodista pretende desenmascarar un antiguo ritual religioso. Maleficio da una vuelta de tuerca al tropo de maldiciones, en cuanto que presenta a la maldición como algo que puede presentarse bajo cualquier forma, lo cual hace que la sensación de peligro sea constante. Maleficio es un film de terror puro autoconsciente que domina a la perfección los mecanismos para asustar y lo consigue con creces.
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La segunda producción A24 que se cuela en esta lista es una sátira social de terror inteligente y enormemente divertida, dirigida por la actriz, guionista y cineasta neerlandesa Halina Reijn, que cuenta como sus mejores alicientes con un reparto de jóvenes actores con talento y un sentido del humor moderno y, sobre todo, muy retorcido, que progresa sin titubeos a lo largo del metraje empapado de sangre, hasta desencadenar en un inesperado y brillante desenlace. En cierto modo, recuerda a una especie de delirante modernización de la premisa de Diez negritos, la popular novela policíaca de la escritora británica Agatha Christie, poblada de estúpidos niños ricos y situaciones deliciosamente despiadadas, donde nada es lo que parece.
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La mejor representante del terror gore de 2022 y, sin duda, la más transgresora con diferencia, es una producción taiwanesa de 2021 que vio retrasado su estreno al verano de 2022, que se ha ganado una mención honorífica por la forma en cómo actualiza el género zombie, creando unos infectados que siguen siendo conscientes de lo que hacen, con lágrimas que a menudo brotan de sus ojos a pesar de que continúen despedazando a sus víctimas. En más de un aspecto, The Sadness recuerda a Crossed, la serie limitada de cómics guionizada por Garth Ennis y publicada por Avatar Press en 2008, donde otro virus convierte a los infectados en depravados monstruos sin control alguno sobre la brutalidad de sus actos. The Sadness es un contundente espectáculo de sadismo y vísceras, cercano al estilo visual de Takashi Miike, explícitamente sexual y ultraviolento, que hace que el terror vuelva a teñirse de color rojo.
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